• 28 de Marzo

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El pasado domingo, en el sector de Panitao, Anita Dörner, Vicerrectora de la ULagos, socorrió a tiburón que había embancado en la orilla y lo ayudó a que flotara y nadara mar adentro.

El espíritu de servicio que llevó a la vicerrectora del campus Puerto Montt de la Universidad de Los Lagos, Anita Dörner, a convertirse en enfermera, se manifestó el pasado domingo cuando acudió en auxilio nada menos que de un tiburón.

El animal marino apareció en Panitao, específicamente en el sector Bahía Huenquillahue, donde reside la docente. Fue a eso de las 11:00 horas cuando lo visualizó. En primera instancia, no tuvo claridad respecto de qué especie se trataba, creyó que era un lobo de mar, pero, al verle las aletas, pensó estar frente a una tonina y al acercarse se dio cuenta de que “tenía más pinta de tiburón”.

Acto seguido “me meto al agua para ayudarlo porque como la marea estaba baja, tendía a dirigirse a la orilla. Andaba como desorientado y quedó enganchado con la arena”.

Esta situación generaba que tuviera pocas posibilidades de flotar “porque el mar estaba bajo y la arena restringía su tránsito hacia una mayor profundidad y así nadar bien”.

Precisamente la tarea abordada por Dörner fue el apoyarlo en esto último.

“No sabíamos bien, porque al verlo uno lo veía medio feo, medio amenazante, pero yo decidí meterme al agua para ayudarlo a que pudiera flotar e irse”.

 

- ¿Pese a lo amenazante, se veía en condiciones de pedir ayuda más que de atacar?

- Exactamente. En ningún momento nos mostró mala cara, a excepción de cuando lo tomé un poco de la cola para ayudarlo a arrastrarse para que llegase a lo profundo. Ahí como que reaccionó y mostró un poco sus dientes.

 

- De acuerdo a lo que usted pudo observar, ¿en qué condiciones se encontraba?

- Tenía unas pequeñas lesiones, producto del esfuerzo que hizo para poder salir del montoncito de arena que había. Tenía un poco de sangre en la aleta trasera. Lo que sí me llamó la atención es que pudo pasar y enredarse en alguna red, porque tenía restos de red en sus dientes.

 

- ¿Le hizo curaciones?

- Miramos bien que no fueran mayores lesiones y lo ayudamos a que flotara y se fuera para que no le pasara nada. Calmamos un poco a la gente, que empieza 'que hay que sacarlo, que hay que matarlo, que no sé qué...'. La idea era que se fuera. Luego lo estuvimos observando, pero logró irse aunque estuvo rondando un poco por las orillas, pero empezó a subir la marea y fue más fácil que se fuera.

 

- ¿En las horas siguientes tuvieron la oportunidad de verlo o visualizar otros?

- No lo vimos hasta las 14:00 horas y después desapareció.

 

- ¿Cómo se puede explicar la llegada de este tiburón?

- Lo que conversamos en la Universidad es que hoy las temperaturas, aguas y corrientes han variando, lo que hace que especies que no son habituales en nuestra zona se vengan a estas bahías. Otro fenómeno es que andan detrás de alimentos y vienen a la orilla. Pero es poco habitual ver este tipo de especies. Casi 40 años en este lugar y nunca había visto una especie de este tipo.

De acuerdo a sus indagaciones, se trataría de un tiburón mako, de un metro y medio de tamaño, que estaba en buenas condiciones y que se podría describir como adolescente.