• 19 de Abril

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El voto asistido introdujo importes reformas para facilitar el voto a las personas, especialmente a aquellas con discapacidades sensoriales. Esta asistencia comienza en la mesa de votación, omitiendo el cómo llego hasta la mesa. Las autoridades promocionan el voto asistido pero la única recomendación sobre la etapa previa es el derecho de contar con un acceso expedito para la persona con discapacidad y/o su asistente, lo que se traduce en pedir ayuda a Fuerzas del Orden Público para que te acarreen a la respectiva mesa de votación. 

Estas votaciones 2017 no fueron la excepción y volvimos a ver en muchos lugares las peligrosas maniobras de subir a personas en sillas de ruedas por largas escaleras. Conocemos y respetamos la disposición de nuestras Fuerzas Armadas pero no corresponde que deban levantar en andas a personas y subirlas pisos arriba y abajo. Al publicarse esas imágenes nos llama la atención la reacción de periodistas y público, que, ajenos a los derechos y dignidad de las personas con discapacidad, celebran la "vocación de servicio", "solidaridad" o "cómo le ponen el hombro" para "ayudar" a cargar estas personas. Pocos ven a “la persona” y su derecho como chileno con discapacidad para llegar en forma autónoma hasta su lugar y mesa de votación. Estas situaciones evidencian además la tremenda la inaccesibilidad de nuestros colegios y la mirada asistencialista que predomina en el subconsciente de la sociedad, que felicita la ayuda o asistencia por sobre el derecho de espacios accesibles que den autonomía a las personas.

Si Servel y el Estado de Chile no son capaces de asegurar el cumplimiento del derecho a la autonomía e igualdad en el acceso al voto de las personas con discapacidad implementando locales de votación plenamente accesibles debe avalar el llamado de exigir que el voto baje, esto es, solicitar que representantes de la mesa bajen hasta donde se encuentra la persona, emita su voto, firme el libro y que alguien de su confianza acompañe hasta que su voto sea introducido en la urna.

En estas ocasiones se manifiesta si la repetida palabra inclusión es un término político o concreto, que quede claro, sin accesibilidad no se puede hablar de inclusión.

 

Pamela Prett Weber

Corporación Ciudad Accesible