- El delirium corresponde a un síndrome neurocognitivo clínico frecuente y relevante en pacientes hospitalizados por una condición médica. De acuerdo a datos del Ministerio de Salud, cerca de un 30% de los pacientes hospitalizados desarrolla delirium, el que, debido a diversos motivos, provoca desorientación, irritabilidad, hiperactividad o aletargamiento, empeorando su condición de salud y aumentando sus días de hospitalización.
El delirium es una complicación hospitalaria frecuente, que puede llegar a afectar la autonomía de la persona, aumentar la morbilidad y mortalidad. Debido a esto es relevante que los equipos de salud cuenten con información actualizada acerca de los aspectos multidimensionales del diagnóstico, factores de riesgo, prevención y manejo de esta condición, labor en la que participa activamente a diario la Unidad de Psiquiatría de Enlace del Hospital Puerto Montt.
“Se trata de un cuadro que tiene múltiples factores de riesgo, entre los que se encuentran la edad avanzada, algunos trastornos cognitivos más avanzados como demencia, o el uso de algunos fármacos, lo que, sumado a la permanencia hospitalaria, se conjuga y puede dar pie a este cuadro, que se caracteriza por alteraciones en funciones cognitivas: orientación, memoria, alteraciones conductuales; los pacientes pueden presentar algún grado de agitación psicomotora o, por el contrario, pueden llegar a estar muy aletargados”, explicó el Dr. Felipe León, médico jefe de la Unidad de Psiquiatría de Enlace HPM.
Dicha unidad, conformada por psiquiatras, psicólogos y terapeutas ocupaciones, trata permanentemente a pacientes que desarrollan este síndrome, a través de abordajes e intervenciones en su mayoría no farmacológicas y directamente en las unidades clínicas donde más se presentan casos de delirium, como las Unidades de Paciente Crítico, es decir, pacientes que se encuentran más graves desde el punto de vista médico, y en servicios de hospitalización médica, geriátrica y quirúrgica, quienes están más propensos a perder la orientación espacio-temporal.
“El principal manejo de este síndrome es el tratamiento de la condición de base que genera estos síntomas. Por ejemplo, si el paciente se encuentra hospitalizado por una infección, el tratamiento de esa enfermedad y de todos los factores asociados a ésta, generará una mejora en los síntomas de delirium. Con medidas tan simples pero efectivas como reorientar al paciente a través de relojes en las habitaciones, calendarios, marcarles el día a día, la administración de los elementos de apoyo sensorial que el paciente utilice habitualmente, tales como lentes, o audífonos, podemos obtener buenos resultados; también, se recomienda además el uso de tapones y antifaces para poder dormir bien”, precisó el Dr. León.
Es decir, lograr que la estadía hospitalaria sea lo menos disruptiva para el paciente, con presencia familiar, buena comunicación de parte de los funcionarios en torno a quién lo está tratando, qué se le está realizando y dónde, previene considerablemente la profundización de los síntomas de delirium, los que en algunos casos pueden permanecer por hasta tres meses luego del alta médica, pero que en su mayoría logran superar.
“Generalmente hacemos manejo ambiental de dónde está este paciente hospitalizado, la que consta de mejorar la orientación, utilizando calendarios, letreros que informen del lugar donde está, que tengan una correcta iluminación para marcar los ciclos diurnos y nocturnos, y a la vez favorecer la realización de actividades cotidianas y rutinarias, como por ejemplo, de aseo personal, vestuario y/o alimentación”, precisó Matías Acuña, terapeuta ocupacional de la Unidad de Psiquiatría de Enlace HPM.
El profesional comentó además que dentro del tratamiento del delirium el papel que juega el núcleo familiar del paciente afectado es fundamental. “Identificamos quién es el familiar más cercano, y les comentamos las mismas estrategias para que las repliquen en sus hogares. Si educamos a los familiares en cómo manejar esto podríamos prevenir las complicaciones asociadas al cuadro de delirium y además brindar mayor conocimiento a quienes brindan los cuidados, ya que, en algunos casos, han llegado a pensar incluso que su familiar se está volviendo loco”, precisó.
El cuadro de delirium no tratado genera un aumento de la estadía hospitalaria y de los costos asociados a la atención. Además, expone a los pacientes a distintos riesgos como autolesiones provocadas por caídas o el auto retiro de invasivos (vías, sondas, drenajes, etc.), por lo que la educación y el constante entrenamiento del personal de salud a cargo de pacientes hospitalizados es muy importante para evitar estos tipos de complicaciones.
“Es importante poder conversar y conocer a las personas, siendo muy respetuoso y amable en cuanto al trato y a la atención porque generalmente hay cosas que tienden a desorientar a las personas cuando se hospitalizan al no saber quién te atiende o qué te tienen que hacer, entonces saber eso, reduce considerablemente la ansiedad, reduce que las personas se alteren o se desorienten y que tengan más conciencia en lo que están. La manera en cómo nos comunicamos con los pacientes, y de cómo compartimos esta información con los equipos es sumamente relevante”, concluyó Matías Acuña.