OPINIÓN: Reflexión no resuelta sobre el estallido social, por Pablo Hübner


Como muchos de ustedes, durante los últimos meses, he consumido horas y horas de noticias en diarios, redes sociales, programas de radio y además, he participado de algunos conversatorios y charlas, a propósito de lo que llaman el estallido social. A continuación un campo de palabras a modo de resumen y contexto:

Dignidad. Horizontalidad. Justicia. Repartir,  º mejorar la torta. Mejorar o cambiar sistema de pensiones, urgente. Salud, lo mismo, urgente. Educación debe replantearse, formación de empleados o personas. Violaciones a los derechos humanos. Investigaciones. Cambio de gabinete. Interpelaciones. Proceso de nueva constitución. La ceguera de la elite. El distanciamiento social. El individualismo. El machismo y el feminismo. La brecha generacional. El libre mercado de mercados concentrados. Las colusiones. El financiamiento de la política. El impacto socio ambiental de la actividad económica. Las clases de ética. La pérdida de credibilidad de todo el sistema: Gobierno, Congreso, Municipalidades, partidos políticos, Carabineros, Iglesia Católica, medios de comunicación. Ausencia absoluta de liderazgos. Puerto Varas y el comercio del centro tapiado. Temor al saqueo. Cortes de calles. Marchas. Fogata en la esquina de la Municipalidad, una ronda de alumnos tomados de las manos. Paranoia colectiva repartida en diversos grupos de Whasapp. Reenviar mensaje. Piedras volando sobre calle San Francisco. Lacrimógenas en el centro de Puerto Varas. Actividades programadas que se realizan entre la normalidad y la especial preocupación. Lo último: Día del Kuchen, suspendido.

El estallido social es una crisis política, social, ecológica y moral. Un problema de conexión. Se trata de cuando alguien se estaciona en el espacio reservado sólo porque está apurado y será solo un momento. Se trata de la contaminación del lago Llanquihue. Se trata del centralismo político. Se trata de quienes dejaron su basura tirada en la calle después de la fiesta de año nuevo. Como si nada. Se trata de la permisividad inmoral con la que crecieron edificios enormes que poco tienen que ver con Puerto Varas. Mil explicaciones y excusas aparte, ahí están los edificios. Se trata de los que buscan vencer tirando para abajo a sus contrincantes. Se trata del abandono de la estación de trenes. Se trata de la política chica que contrata a los amigos y a los fieles ciegos por sobre los más preparados, la misma política que mal gasta la plata de todos para hacer publicidad electoral disfrazada de comunicación de gestión. Se trata de cuando un niño se dirige a un garzón como si el garzón fuera un esclavo porque se siente un gran cliente. Y sus papás no le dicen nada. Se trata de los medios de comunicación local que silencian la voz de autoridades representantes y privilegian unas por sobre otras, con un trato que simplemente es censura, confundiendo a la opinión pública en el reino de la media verdad. Se trata del banco que todos los días está repleto de gente esperando atención, pero mantiene poca gente atendiendo. Se trata de los jóvenes despreciando la experiencia de los más adultos. Se trata de los adultos ignorando la voz de los jóvenes. Se trata de no tener seremi de cultura hace meses y que eso de lo mismo. Se trata del acoso comercial de la empresa que vende planes para celulares que te llama a todas horas porque tiene tu número. Se trata de la vulneración al acuerdo del plan visual y la enorme pantalla publicitaria brillando bajo la lluvia de Puerto Varas. Se trata del esquema de impuestos y su afecto en cosas tan necesarias como el pan, la leche, los remedios o los libros. Se trata de la colusión de las empresas proveedoras de alimento de salmón. Se trata de empleadores que pueden pagar mejores sueldos a sus empleados sin que cambie ni una ley. Se trata de que los niños de Chile son separados según la educación que pueden pagar los papás. Y así, hasta el infinito.

El estallido social es una crisis política, social, ecológica y moral. Sin justicia no habrá paz, sin respeto no habrá paz, sin naturaleza no habrá paz, sin acuerdos no habrá paz. Participa de las elecciones en abril y en octubre. Infórmate. Escucha. Respeta. Recorre tu paisaje. La historia nos pertenece a todos. Nadie vive solo.

 

Por Pablo Hübner, periodista.

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