La Vuelta al Mundo de Magallanes y Elcano es sin duda uno de los acontecimientos históricos más relevantes para la humanidad. Dicha expedición, liderada por el portugués Fernando de Magallanes y luego por el español Juan Sebastián Elcano, permitió no solo abrir una nueva ruta comercial para España y verificar la redondez de la tierra, sino también conocer la geografía, clima, flora y fauna de lugares nunca explorados como la Patagonia, Tierra del Fuego o las islas Filipinas.
Lo anterior fue posible gracias al relato escrito por el noble humanista italiano, Antonio Pigafetta, quien se embarcó como pasajero en la travesía junto a otros 236 hombres y fue uno de los 18 sobrevivientes al viaje que se extendió durante alrededor de tres años, entre 1519 y 1522.
Si bien en su crónica que este 2024 cumple 500 años, Pigafetta entregó importantes detalles de los acontecimientos vividos durante la travesía como el hambre que sufrieron él y los demás tripulantes al no encontrar un sitio seguro de atraque donde conseguir provisiones, la aparición de extrañas y desconocidas enfermedades como la hinchazón extrema de las encías y la narración de batallas como la librada en la Isla de Mactán en Filipinas en la que murió Magallanes, poco se sabe sobre su propia vida.
Pigafetta soñaba con emular los viajes de Marco Polo y su “Libro de las Maravillas”. En 1519, el italiano se encontraba en la corte española, y, dentro de las razones que lo motivaron a participar de la expedición, están sus conocimientos en navegación, su curiosidad e interés en ser reconocido.
Sobre esto, el director de Humanidades y Cultura de la Universidad San Sebastián, Mauricio Echeverría, comenta que “la gran cultura y las ansias de viajes de Pigafetta le permitieron moverse desde la República de Venecia a la corte española, como secretario del Nuncio pontificio, y así registrar en vivo la primera circunnavegación mundial. Sin embargo, a pesar de sus múltiples intentos, él no logró respaldo para publicar su relato en España, Portugal, Francia, Inglaterra, Italia ni en la Orden de Rodas (de la que fue caballero), a causa de los conflictos políticos de la época”.
Dentro del relato de Pigafetta es posible encontrar desde dibujos de la geografía hasta un breve diccionario con vocabulario de pueblos indígenas con los que se toparon durante la expedición. Además, fue gracias a su bitácora que se conocieron especies como pingüinos y guanacos, además de condimentos y plantas.
Al respecto, Echeverría explica que (el libro de Pigafetta) “fue reconocido solo en el siglo XIX, y en el mundo hispanoparlante, gracias a la traducción del chileno José Toribio Medina. Esto siembra las bases del conocimiento de la inmensidad de la tierra y de la cultura hispanoparlante por lo que la Universidad San Sebastián realizará una serie de actividades en sus cuatro sedes como seminarios asociados a sus diferentes facultades, concursos literarios y exposiciones artísticas con piezas alusivas a la época.