• 28 de Marzo

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Hoy en día, la Policía de Investigaciones de Chile (PDI) es considerada en prácticamente todas las encuestas como la institución más confiable y apreciada por la ciudadanía, opinión que se repite en el extranjero y una muestra tangible de ello es el honor que se le confirió a esta Policía Civil de llevar a cabo la organización de la 88° Asamblea General de Interpol, la que se realizó en octubre pasado en Santiago. 

Más de alguien podría argumentar que son solo encuestas u opiniones, pero hay otros indicadores. En 2019, por segundo año consecutivo, el plantel de nivel profesional que más inscripciones recibió en todo el país fue nuestra Escuela de Investigaciones Policiales, con más del doble de postulantes que la carrera universitaria más demandada en todo el sistema a nivel nacional.

El haber llegado a este nivel de reconocimiento nos llena de orgullo, pero también de responsabilidad. Nos compromete y nos obliga, cuando estamos conmemorando nuestro 87° aniversario, a mirar hacia atrás y reconocer que para llegar a esta posición debíamos hacer una reingeniería absoluta, no solo de nuestra capacidad de investigar o de enfrentar nuevos fenómenos criminales. Debíamos entender que el detective que precisaba Chile, debía tener un nuevo ADN ético y valórico. Esa apuesta nos daría la legitimidad moral y profesional para investigar cualquier delito, por muy complejo que este fuera.

Ese cambio de paradigma, que se inicia a partir del año 1992, se fue sistematizando en función de planes de desarrollo institucionales encabezados por los tres directores generales de carrera que me antecedieron. Gracias a ello pudimos fortalecer nuestra institucionalidad y dar continuidad al proceso de modernización.

En el actual Plan Estratégico nos propusimos ser referentes a nivel regional en la investigación de delitos de alta complejidad y crimen organizado transnacional. Gracias a este ambicioso desafío, al día de hoy hemos sido capaces de capacitar a policías hermanas y exportar metodologías, pensadas y diseñadas por nuestro personal, como es por ejemplo, el Plan MT-Cero, para investigar el tráfico barrial.

Sabemos que nuestras investigaciones deben ser profesionales, objetivas y apegadas al método científico, ya que a través de ellas, garantizamos la democracia. Ese es el legado y responsabilidad que tiene la persona que decide ser parte de esta PDI.

Ser pioneros en generar una política de accountability a partir del 2004, transformándonos en la primera policía civil en dar Cuenta Pública en la región es un activo que nos permite, asumir los desafíos y errores, como una convivencia necesaria de una policía que pretende ser legitimada socialmente.

Investigar está en nuestro ADN. Para eso nacimos, nos formamos y proyectamos al futuro. Los desafíos que nos impone una criminalidad transnacional no nos preocupan. Todo lo contrario, nos motiva a ser proactivos e ir un paso delante de ellos, porque en definitiva, eso es lo que nos exigen, los chilenos y chilenas, a su PDI.

 

Héctor Espinosa Valenzuela

Director General

Policía de Investigaciones de Chile (PDI)