• 03 de Noviembre

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Autismo infantil… ¿la nueva epidemia del siglo XXI?

Dr. Franco Lotito C.

Profesor del MBA de la UACh


De acuerdo con diversos investigadores, el aluminio y el glifosato (o Roundup) constituyen la dupla tóxica perfecta que está relacionada directamente con la aparición del autismo, el desarrollo de diversas formas de cáncer, malformaciones genéticas, etc.

El glifosato es un ingrediente activo presente en la mayoría de los herbicidas usados en la eliminación de hierbas en la preparación de los suelos. El problema, es que este ingrediente tóxico ingresa a nuestro organismo través de los productos alimenticios que, previamente, son rociados con los herbicidas –y que son absorbidos por éstos desde el suelo– y que luego llegan hasta nuestras mesas para ser consumidos por todos nosotros. Los estudios han demostrado que el glifosato tiene un efecto adverso en la salud humana, por su calidad de disruptor endocrino.

En un estudio realizado por la Dra. Stephanie Seneff, investigadora senior del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), ella señala con claridad que la “toxicidad sistemática” a la que estamos expuestos a causa de las pésimas prácticas de megaempresas internacionales como Monsanto, Bayer, Exxon Mobil, Dow Cheminal,  BASF, DuPont, etc.–, traerá graves repercusiones sobre la salud a nivel mundial. Y en el caso de los niños, éstas podrían ser desastrosas.

De acuerdo con los estudios de la Dra. Seneff,  el aluminio y el glifosato se caracterizan por sinergizarse el uno con el otro de una manera muy tóxica, promoviendo el autismo en los niños. Tanto es así, que ella predice que para el año 2030, se elevará significativamente el número de niños que podrían ser diagnosticados con autismo.

Entonces, si muy pronto no se produce un cambio radical en la actitud de autocomplacencia por parte de nuestras autoridades de gobierno en relación con las políticas de Estado que deberían ser implementadas, así como también de las medidas de auto-cuidado en el plano personal por parte de cada uno de nosotros, el futuro que nos espera no será muy auspicioso.

Si hubiera que listar enfermedades crónicas relacionadas con una serie de alimentos contaminados con productos químicos –vistos como los causantes de muchos de los males que asolan el planeta–, en dicho listado habría que incluir, a lo menos, las siguientes: autismo infantil, asma, infertilidad, daños reproductivos, daños en el desarrollo del cerebro infantil, malformaciones genéticas, diversas formas de cáncer (cáncer infantil, cáncer relacionado con el sistema hormonal, cáncer al útero, etc.), enfermedad de Alzheimer y varias otras más.