• 28 de Marzo

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Señor Director/a

Entre  una variedad de Comunicados, Contraportadas y Artículos  del orquestado despliegue comunicacional  de “Semana de la Construcción” organizado por la Cámara Chilena de la Construcción (CCHC), ella hace público su Índice de Calidad de Vida Urbana 2018, el que muestra variaciones abismantes entre el año 2017 y este año.

Era sabido que dicho “Índice”, no obstante su pretensión académica, constituye  parte del intento permanente de esta Organización Gremial por auto determinarse Guía y Juez Técnico /Científico del desarrollo de infraestructura Pública, Habitacional y del desarrollo Urbano en Chile. Porque  parte de dicha estrategia es generar Estadísticas Sectoriales interesadas y análisis pseudo científicos a partir de ellas.

Desgraciadamente,  como lo muestra la evidencia  creciente y los conflicto de interés entre sus asociados, la Ciudadanía y las Autoridades llamadas a proteger del despojo urbano a sus ciudades, hoy es evidente que con esta estrategia de la CCHC pretende forzar los intereses cortoplacistas y abusivos de algunos de sus socios protagonistas, por sobre el interés del país.

Así lo confirma una vez más esta burda comparación del ICVU 2017, conformado por una serie de variables y sus ponderaciones, con el ICVU 2018, conformado por otras variables y nuevas ponderaciones. Es decir la Comparación de Peras con Manzanas para ser usada como base científica de “análisis expertos”, como el de su Presidente Regional,  quienes con arrogancia supina pretenden derivar desde allí “Recomendaciones de Política” a las Autoridades como la de la “Metropolitización”, un “pauteo” ilegítimo a la Autoridad como el que busca su recientemente inaugurada Multiplataforma Comunicacional.

Con pena por aquellos inmobiliarios y constructores, arquitectos e ingenieros con el corazón bien puesto y la cabeza despejada, debo concluir que la actual Cámara Chilena de la Construcción con su dominio sobre  US$ 14 mil millones (alrededor del 7% de nuestro PGB) y su mirada de Chile como el de una manada de retardados disponibles para el despojo público y privado, constituye un seria amenaza para el futuro de nuestro País.

Y con molestia hago un llamado a la Pontificia Universidad Católica de Chile, que en vistas de esta nueva evidencia que la desprestigia, tome las medidas que corresponden a una Casa de Estudios respetuosa del Método Científico y de la Verdad.

 

Pablo Ortúzar Aldunate