• 03 de Mayo

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Chile: ¿una democracia analfabeta en pleno siglo XXI?

Por Dr. Franco Lotito C. 

Profesor del MBA de la UACh


Alvin Toffler, un investigador y futurólogo norteamericano consignó en uno de sus libros que los “analfabetas del siglo XXI no serán aquellas personas que no sepan leer y escribir, sino que aquellas que no sepan aprender, desaprender y reaprender”.

Para que se cumpla el principio que señala Toffler, a saber, que las personas estén en condiciones de: aprender, desaprender y reaprender, se requiere que las personas sepan, por lo menos, leer y escribir bien, al mismo tiempo que comprender lo que leen.

El grave problema radica en que una investigación realizada por el Centro de Microdatos  de la Universidad de Chile reveló una “verdad muy incómoda” para nuestro país: el 62% de los chilenos egresados de los colegios, institutos y centros de formación técnica “apenas pueden comprender textos simples y extraer información básica de ellos”, y para rematar con esta verdad incómoda para nuestro país, ese mismo porcentaje de chilenos presentaba serias dificultades para resolver operaciones básicas como sumar y restar cifras enteras en forma mental. No cabe duda alguna, que esta “foto” tomada por la Universidad de Chile es una radiografía cruda y reveladora de lo que somos como país y como Capital Humano.

Lo peligroso de esta situación, es que este grupo humano representa a una parte sustantiva de los mismos niños, jóvenes y adultos que  elegirán a los “líderes” que gobernarán a Chile en las próximas décadas y que regirán los destinos de los 19 millones de chilenos. Son muchos de los mismos jóvenes declarados por ley como “sin discernimiento” e “inimputables” cuando cometen asaltos violentos, atracos a mano armada, ejecutan portonazos al por mayor, roban casas con mucha violencia, sin que les importe mucho si las víctimas terminan gravemente heridas o muertas.

Para qué hablar si a estos jóvenes –y también adultos– se les pide comparar, deducir, integrar e inferir conclusiones a partir de la información que leen. ¿Podrán estas personas estar en condiciones de interpretar, asimilar, redactar y transferir información correcta, si además de no tener discernimiento, no comprenden las cosas más básicas de la gramática española y del significado de las palabras? ¡Y para qué hablar de la realidad política que vive Chile!

Súmese dos años de pandemia, donde miles de niños y jóvenes desertaron del colegio, o bien, que nunca tuvieron acceso a Internet para seguir las clases vía telemática. Ni siquiera mencionemos las diversas huelgas que han protagonizados los docentes de escuelas públicas, así como también las notables fallas  y deficiencias del sistema SLEP, es decir, los Servicios Locales de Educación Pública, que tuvieron que ser suspendidos por el gobierno, luego del gran fracaso de dicho sistema en la región de Atacama, donde los profesores de la educación pública estuvieron en paro por más de 80 días, afectando a más de 30 mil niños.

Una encuesta sobre Competencias de los Adultos desarrollada por la OCDE  complementó hace algunos años el estudio de la Universidad de Chile y puso sobre el tapete de la discusión una triste realidad: Chile está repleta de los llamados “analfabetas funcionales”, es decir, personas que una vez aprendieron a leer y escribir, pero que, hoy en día, son incapaces de comprender lo que leen, no saben hacer cálculos mentales simples como sumas o restas, ni están en condiciones de seguir instrucciones que presenten un cierto grado de dificultad. Frente a esta delicada realidad, necesitamos un cambio urgente del paradigma educacional