Cuando nuestros hijos(as) llegan a la edad adecuada para ingresar a un establecimiento de educación básica, nos vemos enfrentados a una situación muchas veces difícil: decidir en qué colegio estudiarán.
No es un tema menor. Una mala elección impactará el aprendizaje y la felicidad de mi hijo(a), al asistir diariamente a clases.
No podemos ignorar que para muchos padres, la elección del colegio de sus hijos(as) está determinada sólo por el factor económico, pero para otros esto no es así. Existen dos factores que deberemos ponderar, antes de matricularlos(as) en un colegio:
- El Proyecto Educativo Institucional (PEI) del establecimiento.
- Las características y capacidades de mi hijo(a).
Descartando el factor económico, lo primero que debemos saber es que cada establecimiento educacional tiene un PROYECTO EDUCATIVO INSTITUCIONAL (PEI), donde define la visión, la misión y los objetivos educativos que tratarán de lograr con cada estudiante. O sea; cual será la meta que desean alcanzar con cada alumno y el plan de como llegarán a ella. Existen establecimientos que están enfocados en lograr altos estándares académicos. Otros, persiguen objetivos artísticos y culturales. Existen los que están orientados a potenciar las habilidades sociales y la autonomía de los estudiantes, por sobre cualquier otra cosa. Hay tantos PEI diferentes, como unidades educativas diferentes. Entonces, deberemos interiorizarnos de su PEI, antes de optar por un colegio determinado. Esto evitará someter a nuestros hijos(as) a experiencias educativas que podrían “chocar” con las creencias, valores, expectativas de vida o deseos de su familia. Por ejemplo, es una inconsecuencia clara matricular a un niño(a) en un colegio católico, cuando la familia no profesa ese credo y esos valores. El niño(a) se sentirá angustiado y desorientado, al no saber en quien creer: el colegio o sus padres. Muchos padres cometen este error, al perseguir que su hijo(a) estudie en un colegio “prestigioso” o “aspiracional”.
El segundo aspecto a considerar, no menos importante que el anterior, es tener claro que existen colegios que son más apropiados para mi hijo(a), dadas sus capacidades, habilidades y personalidad. No se trata de que mi hijo(a) sea más o menos inteligente que otros niños(as) y por eso selecciono un determinado establecimiento. ¡¡ De ninguna manera!!...pero de acuerdo al PEI de algunos colegios, se potenciarán y reforzarán más las habilidades y capacidades de mi hijo(a). Por ende, él (ella) se desarrollará más y mejor, y será más feliz. Los que mejor conocemos a nuestros niños(as), somos los padres y por eso, los que mejor podemos decidir lo que les conviene. A veces, algunos padres matriculan a su hijo(a) en un colegio “de renombre y prestigio”, sin considerar que el PEI de este colegio impondrá un ritmo de exigencias académicas sostenidas, que probablemente su hijo(a) no podrá resistir. Esto lo estresará, angustiará y hará infeliz. No es justo para ellos(as) que el colegio termine siendo una pesadilla y finalmente, aborrezcan el estudio. El colegio no cambiará el plan trazado en su PEI porque mi hijo(a) no puede cumplirlo. No corresponde protestar en cada reunión de apoderados porque dan muchas tareas, si se trata de un colegio con alta exigencia académica.
Entonces, deberé cambiarlo a uno donde sea feliz. Siendo feliz y con nuestro apoyo de padres, siempre obtendrá logros académicos. No olvidemos que,….ellos(as) están en este mundo para ser felices.
Gonzalo De los Reyes Serrano
Magister en Educación; Coach en Parentalidad Positiva;
Director de la división Patagonia en la Fundación Innovación Educativa Chile