• 19 de Abril

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El ambiente en los concejos municipales de Puerto Varas desde hace varias semanas no es el más feliz. La razón es clara. Cinco de los seis concejales de la comuna demandaron al alcalde por notable abandono de deberes. Hay ocho puntos en la demanda que están en investigación y durante la semana pasada y esta que comienza, se está desarrollando la etapa de testigos. Cada uno de los ochos puntos es una trama diferente, con fechas, montos, procedimientos y sus respectivos cuestionamientos.

Desde que se presentó la demanda, el concejo municipal pasó de tenso a súper tenso. Cada fecha del concejo municipal es un capítulo más de conflictos, acusaciones, descalificaciones, rechazos y aprobaciones. El mal clima se acentúa cuando el acta de la sesión llega al momento en que los concejales presentan sus puntos varios. Los concejales hablan de sus temas, inquietudes y propuestas. Es entonces cuando el ánimo más se agita y cada palabra es acusada de tener un subtítulo con otras intenciones, muchas veces conspirativas.

No debe ser fácil trabajar y compartir con quienes te tienen demandando por notable abandono de deberes. Y para los que demandan, tampoco debe ser fácil llegar a esa decisión. Este escenario judicializado despierta emociones complejas. Es claro que el alcalde se siente traicionado, sino por todos, al menos por algunos de los demandantes. La traición es un sentimiento profundo. Del recuerdo se asoman los momentos y saludan a lo lejos sin entender qué pasó. Momentos desconcertados que se trizan. Con esa carga, el ejercicio del cargo cuestionado empieza el camino lento hacia la cumbre de su propia soledad, lugar en que sin más apoyo que antes, buscará y encontrará un futuro: Entre volver a ser candidato para el cargo de alcalde y ser suspendido del cargo de alcalde por el curso de la demanda que cinco concejales presentaron en su contra.

El juicio contra el alcalde por notable abandono de deberes se extiende más allá de su figura, obligando al equipo de trabajo que él lidera. Es responsabilidad del equipo hacer valer la calidad y transparencia del trabajo en cada uno de los ochos puntos que incluye la demanda. Las horas preparando las respuestas, los mails, las minutas, la tabla de cifras, la revisión de las planificaciones. La presión, en el auto, mirando por el retrovisor, mirando el camino pasar. La agitación natural que implica cualquier exposición. La energía vertida en este afán. Las horas dedicadas a esto.

Hoy la administración reparte sus esfuerzos entre la etapa de testigos de la demanda por notable abandono de deberes contra el alcalde y el trabajo que corresponde a la administración municipal, lo que incluye por cierto, los concejos municipales abiertos a toda la comunidad. Trabajos de horas compartidas.

El concejo municipal está judicializado. Su energía y sus relaciones están condicionadas por el juicio en común que comparte la mayoría de sus integrantes. Sentimientos compartidos de traición, de rabia, de frustración, de lo que pudo haber sido y no fue. Para los vecinos esto también tiene un impacto, son nuestros resultados.

 

Por Pablo Hübner