• 20 de Abril

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El coronavirus llegó a Puerto Varas. Tomarse en serio esta situación es clave. Este es un tema de responsabilidad, no sólo con uno mismo, sino con todas las personas, sobre todo los adultos mayores. Quienes no se cuidan están condicionando la posibilidad de seguir viviendo de muchas otras personas. Del cuidado de uno, depende la vida del otro. El sistema de salud, público y privado, naturalmente tiene su capacidad máxima y si se enferman muchos al mismo tiempo, va a colapsar. Evitar que las personas se enfermen es clave. Algo que debería ser siempre, como lavarse bien las manos, pasa a ser de vida o muerte. Quedarte en tu casa, sobre todo si estás enfermo, lo mismo.
 

Esta pandemia es una crisis sanitaria mundial y Puerto Varas no queda ubicado fuera del mundo. Los cierres de fronteras y suspensiones de reuniones, ceremonias, congresos, clases, marcan una realidad irrefutable: Ya no se trata de si somos afuerinos o locales, de si somos patriotas o globalistas, de izquierda o derecha, esas categorías a este adversario no le importan. Entre más discusión y menos acuerdo, peor. Hay que actuar, unidos, con respeto y determinación.
 

La salud es lo primero. Parece obvio, pero este principio no siempre es el que conduce. El impacto de la contaminación al planeta es severo y no se detiene. También enferma y también mata. Pero, lamentablemente no vemos el mismo sentido de urgencia en la reacción. Permitimos que durante años se dañara el lago Llanquihue. Permitimos que se afecten los humedales. Permitimos una edificación desmedida y fuera de toda escala. Permitimos la contaminación del aire sin siquiera tener aún una fiscalización permanente. Permitimos tener puntos limpios de reciclaje cerrados. También permitimos colillas en el suelo, como si en el suelo desaparecieran.
 

La crisis sanitaria es parte de la crisis ambiental. Todo está conectado. No se puede entender a las personas sin el lugar donde habitan. Con ecosistemas dañados las complicaciones de salud son mucho más fáciles. Esta realidad eleva una actitud necesaria: Hay que cuidarse por uno y para los demás. Nadie vive solo. Somos pequeños frente al mundo que integramos. Si no logramos tener una conexión con nuestro entorno natural que se base en el respeto por las distintas formas de vida, vamos a seguir siempre expuestos. El individualismo no puede ser más grande que el sentido común.
 

Sólo bajo el principio de lo que es bueno para todos, el planeta en su conjunto, podremos salir adelante de esta crisis. Puerto Varas tiene que enfrentar esta crisis con  actitud de cambio, para así enmendar el rumbo de los graves errores que han marcado la historia reciente de la comuna. Esta crisis histórica que sirva también para trazar lo elemental como eje central del trabajo a futuro. Una comuna sana. Limpia. Libre de contaminación. Que se respeta. Esto se puede y se debe lograr. Es lo más saludable.

 

Por Pablo Hübner