• 28 de Abril

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Demencia de aparición temprana

Dr. Franco Lotito Catino

Profesor del MBA de la UACh


La demencia de aparición temprana se relaciona con los casos de demencia que se diagnostican en pacientes que tienen menos de 65 años.

De acuerdo con datos de un estudio del año 2021, la prevalencia de este tipo de demencias se sitúa en torno a los 119 casos por cada 100.000 habitantes, a raíz de lo cual, se podría hablar de alrededor de 3,9 millones de personas relativamente jóvenes en todo el mundo con este grave problema de salud mental.

Diversos expertos han enviado fuertes señales de alarma al sistema de salud, al reconocer que el abordaje de las demencias –en su conjunto– debería convertirse en una prioridad de la salud pública, ya que representa un problema de primer orden, debido a que se está transformando en “la gran epidemia silenciosa del siglo XXI” y en un desafío para sostener cualquier sistema de salud, donde el calificativo de epidemia no es una exageración, si se considera, que de acuerdo con datos de la OMS, “más de 50 millones de personas en todo el mundo sufren demencia, una cifra que se prevé aumente hasta los 75 millones para el año 2030 y hasta los 123 millones en el año 2050”.

Un estudio liderado por el Dr. Gang Liu, profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Huazhong –que tuvo una duración de 12 años y que fue publicado en diciembre de 2023 por la prestigiosa revista médica británica “Lancet Healthy Longevity”– siguió a cientos de miles de personas tomando en cuenta los siguientes indicadores: hábitos de vida y la variable de estatus socioeconómico compuesta por la combinación de: (a) nivel de educación, (b) nivel de ingresos familiares y (c) nivel de empleo.

El Dr. Liu señaló que dicho estudio había “sido uno de los primeros en examinar las relaciones entre los estilos de vida, el nivel socioeconómico y el riesgo de demencia de aparición temprana en personas de 37 a 60 años”, donde “tanto el estilo de vida como el nivel socioeconómico se asociaron significativamente con la demencia, pero mucho más el segundo”, es decir, el nivel socioeconómico.

Este estudio demostró –sin dejar lugar a dudas– que la desigualdad socioeconómica genera enfermedades y representa un factor de riesgo tan o más importante que otros a los que, normalmente, se les ha dado gran trascendencia desde la medicina, ya que se tiende a pensar que la forma de “actuar sobre las desigualdades en salud, es actuar sobre los hábitos y estilos de vida”.

Sin embargo, esa estrategia es un error, ya que si no se actúa sobre el factor fundamental que son las desigualdades socioeconómicas, todo lo que se haga no servirá de mucho, ya que gran parte de la promoción de la salud pública sigue centrada en los hábitos de vida: dieta adecuada, realización de actividad física, disminución del consumo de alcohol y tabaco, bajo consumo de grasas y azúcares, etc.

De acuerdo con el Dr. Gang Liu, aun cuando “no se puede dejar de lado la relevancia de  un estilo de vida saludable”, el estudio respalda la necesidad de que para efectos de reducir la carga de demencia, los gobiernos deben adoptar medidas que promuevan la equidad económica. Si esto no mejora pronto, lo que tendremos será una avalancha de demencias.