• 03 de Mayo

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La Buena Mirada

Por Alberto Vásquez M. 

www.gestohumano.cl


Llevamos demasiado tiempo viviendo en el rencor y la desconfianza, tiempo en que el otro nos aterra, nos amenaza, nos enoja, nos asusta, lo vemos como alguien separado de nosotros como si no fuera parte del mismo universo al que pertenecemos.

Vivir en la desconfianza en la separación es lo que nos tiene como estamos.

El uno y el todo es lo mismo, somos una unidad como individuos y como humanidad por consiguiente las fronteras políticas, raciales, sociales carecen de sentido.

No olvidemos que somos el extraño, el distinto, la amenaza para muchos. Empezar a mirar al otro a la otra con una buena mirada es un ejercicio necesario para salir del estado de separación en que estamos como país, como humanidad.

Piensa en aquella persona, tu vecina, un político o en aquel grupo que mayor distancia y rechazo te provoca… ahora siente el rechazo y la distancia que a esos mismos o a otros, tú les provocas.

Detente unos segundos, respira profundo y atrévete a mirarle con buenos ojos, dale una buena mirada, observa sus dolores, imagina su infancia, intuye sus carencias, sus frustraciones, sus penas y compáralas con las tuyas. ¿Qué tan distintas son?

Los cambios sociales que deseas empiezan en ti, no pidas a otros lo que deseas para ti, empieza por encarnar aquello que deseas conseguir.

Al cambiar tu mirada empezarás a cambiar tu mundo.

¿Hace cuanto que estás pegada/o en tus propios dogmas?

 Acepta que lo bueno que deseas para ti quizás al otro no le haga sentido, por ello crecer en la tolerancia es una cuestión fundamental al mismo tiempo que lo es el conocer nuestros límites para así construir una sociedad mas humana, donde todos tengamos cabida en tanto aprendamos a convivir en respeto y armonía.

Apasiónate por tus creencias, más bien disfrútalas, pero suéltalas, son solo eso no son la verdad.

Lo político, entendido como la relación con el otro, para coordinar y avanzar en nuestro bienestar es fundamental, no obstante, hay una etapa previa y simultánea, el requisito es conocernos a nosotros mismos, ejercicio que nunca deja de darnos sorpresas y que es clave para construir un proyecto social armónico.

Nuestros límites los podemos establecer desde la rabia o desde la serenidad, tú eliges.

La buena mirada nos aleja de la culpa moral derivada de nuestras particulares convicciones religiosas, dogmas o ideologías para entender que quizás, este es mi juicio maestro, estamos en la vida para hacer un aprendizaje espiritual que pone a cada una/o frente a distintos desafíos que ,en muchos casos, nos pueden llevar a cometer errores que son inherentes a todo proceso de conocimiento.

Entender que la vida es un camino largo de crecimiento y aprendizaje por otra parte no significa que aquellos errores queden exentos de la sanción que cada sociedad determina en sus leyes.

La buena mirada se hace desde el alma o si no creen en ella, desde lo más profundo de nuestro ser; esto nos permite salir del eventual niño/a herido/a que podemos estar habitando para así lograr comprender al otro de adulto a adulto, de manera que la eventual sanción que corresponda carezca del deseo de venganza como tampoco esté empapada por nuestro ego que es finalmente lo que mayor sufrimiento nos provoca.