• 30 de Abril

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“Tuvimos la oportunidad de preparar a nuestra comuna ante los desastres naturales”, son las palabras con las que Tomás Gárate, alcalde de Puerto Varas, se refirió a la falta de quórum para aprobar la creación de una Dirección de Emergencias y Prevención ante Desastres al interior del municipio, en la sesión del Concejo Municipal de la semana pasada.

Es sabido que Chile es un país marcado por los desastres socio-naturales, tales como terremotos, incendios, erupciones, inundaciones, aludes, entre otros, y por supuesto que nuestro territorio no es la excepción. En la comuna de Puerto Varas aún aparecen relatos en la memoria local sobre cómo afectó a la comunidad el terremoto de 1960, la tragedia del estero Minte de 1995, la erupción del volcán Calbuco de 2015, por nombrar algunos acontecimientos.

Sumado a lo anterior, hay que considerar que el cambio climático y los fenómenos meteorológicos cada vez más extremos, han provocado un aumento de las catástrofes naturales en los últimos 50 años, según declaraciones de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR).

Con todos estos antecedentes, ¿no parece obvio promover la gestión de riesgo y la construcción de territorios con adaptación climática? ¿no debería ser un diálogo con sentido de urgencia? Más aún, cuando la ley 18.695 y 21.364 establece que todos los municipios de Chile deben contar con una unidad especializada y creada para tal fin. Lamentablemente, no es obvio para todos, ejemplo de ello, fue el rechazo de la creación de la Dirección de Emergencias, Riesgos y Desastre en el Municipio de Puerto Varas, debido a 3 votos a favor (Rocío Alvarado, Rodrigo Schnettler y Tomás Garate) un voto de rechazo (Marcelo Salazar) y una abstención (Juan Patricio Godoy).

En este contexto, marcado por eventos naturales extremos cada vez más intensos y frecuentes, es esperable que las autoridades salgan de la polarización y las trincheras políticas, en pos de promover iniciativas que logren garantizar la seguridad de los habitantes y la sostenibilidad económica y ambiental de la comuna.

Elevemos el diálogo. Como movimiento ciudadano hacemos un llamado a que el ánimo de estas elecciones se vea reflejado en un sano debate de ideas y en la socialización de las propuestas y programas de los candidatos y candidatas, y que en los Concejos Municipales – instancias democráticas y vitales para el desarrollo local– prevalezca el bienestar de toda comunidad y la necesidad de planificar frente a la incertidumbre.