La vuelta al colegio es para los niños un momento de reencuentro con sus compañeros y profesores y el regreso a una rutina que, entre sus mayores atractivos, contempla los recreos; el espacio de diversión y esparcimiento más esperado del día, en el que la colación escolar es protagonista. Pero no todas las alternativas son saludables y les aportan nutrientes.

La académica de Vinculación con el Medio (VcM) de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián, Cinthia Quezada, señala que los mejores alimentos, por su aporte nutricional, son “las frutas de temporada; así como el huevo duro y los frutos secos, como almendras, nueces, pistachos o maní sin sal; además de los lácteos, como leches en caja y yogur natural sin azúcar”.

La nutricionista detalla que “la porción sugerida es, en general, una unidad de fruta, en el caso de alimentos como la naranja, el pepino, la manzana y la pera. Para el melón, frutilla y sandía, se recomienda una taza; en el caso de las cerezas, es de 15 unidades; para las tunas, 2 unidades; para la uva, 10 unidades; para la piña, 3/4 de taza y para el plátano, media unidad”.

“En el caso del huevo, la porción es una unidad y para los lácteos, una taza de 200 cc. de leche y 150 cc. de yogur. Los frutos secos deben ser entre 25 y 30 unidades, o lo que cabe en la mano”, puntualiza.

En relación a los sándwiches con agregados como queso o jamón, la académica puntualiza que estos “habitualmente exceden su aporte nutricional en calorías y nutrientes, por lo tanto, si bien se pueden consumir, no se recomienda que sea como colación, sino en otros horarios de alimentación. Para lograr que el sándwich sea más saludable se sugiere utilizar pan integral con agregados como tomate, palta, lechuga o quesillo. En cuanto a las galletas ultra procesadas, una porción de estas aporta más de 200 calorías, dadas por azúcar y grasas saturadas, por ello, en el caso de que los niños quieran consumir este tipo de productos, la recomendación es hacer galletas caseras con avena, manzana, miel y pasas”.

Etiquetado

La experta, que es parte del equipo académico del Programa Territorial Hito “Más Niñez y Adolescencia Saludable”, de VcM, advierte que el aporte nutricional de una colación no debería superar las 150 calorías, y en su mayoría debería estar dado por carbohidratos complejos, proteínas, grasas polinsaturadas, vitaminas y minerales. En ese sentido, el etiquetado nutricional es muy útil, dado que este contiene “la información que corresponde al total de calorías, macro y micronutrientes que podemos encontrar en un producto, así como también el listado de ingredientes que lo componen. Es indispensable que al comprar un alimento procesado se lea el etiquetado, ya que tanto el aporte nutricional como los ingredientes son muy distintos en un mismo grupo de alimentos, como, por ejemplo, en los diferentes tipos de yogurt o pan”.

Otra recomendación es poner atención en los sellos de advertencia: “La Ley 20.606 nos ayuda a identificar de forma clara y visible, previo a la lectura del etiquetado nutricional, los alimentos que contienen exceso de calorías, grasas saturadas, azúcar y sodio, de tal forma que no es recomendable entregar como colaciones este tipo de alimentos, dado que no entregan nutrientes de buena calidad”, puntualiza la académica de la Universidad San Sebastián.

Finalmente, Cinthia Quezada agrega que “no se debe olvidar que, para la hidratación de los menores, el líquido recomendado es el agua, ingesta que debe ser de –al menos– 1 litro al día, especialmente por las altas temperaturas que aún están presentes en el país”.