• 29 de Marzo

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Este miércoles 01 de diciembre termina el plazo para participar de la consulta ciudadana sobre el cerro Philippi, organizada por la municipalidad de Puerto Varas. La consulta está disponible en el sitio web del municipio y promete participación efectiva en menos de 10 minutos.

La historia del cerro y sus controversias son conocidas por los vecinos de Puerto Varas. El consenso es que todos quieren que el cerro esté en mejores condiciones de las que está. Optimización, mantención y, sobre todo, protección del lugar: su patrimonio natural y cultural. Se entiende que el cerro Philppi es un lugar identitario, además, una tremenda oportunidad para la comuna.

Los intereses de los distintos grupos, tanto que usan como que quieren usar el lugar, muchas veces contrastan, generando dificultades. La compatibilidad requiere organización, planificación y estrategia. En el relato del diagnóstico hay acusaciones y culpas, errores y aciertos. El cerro estaba peor, abandonado, no por eso ahora está lo bien que podría estar.  ¿Qué hacer con el cerro Philippi, patrimonio de todos los vecinos de Puerto Varas? Convivir en la diversidad de intereses no siempre compatibles requiere mucho más que la discrecionalidad vertical con la que antes se decidían estas situaciones.

La consulta realizada por el municipio es una oportunidad. Permite conocer distintas miradas sobre el cerro Philippi. En su metodología incluye alternativas, principios para jerarquizar, además de un espacio para hacer comentarios y sugerencias de manera libre. Si bien dice que se puede responder en diez minutos, ofrece temas gruesos para pensar. Educación, salud, medio ambiente, culto, deporte, familia, integración, identidad. La consulta es un aporte al proceso y porta en los hechos el sello de esta administración. La instancia se agradece.

Lo que aún no es claro es qué pasará a partir de la consulta de diagnóstico. ¿Sus resultados serán deliberantes? ¿Cómo serán considerados? ¿Hasta qué punto? ¿Pesan más las opiniones de quienes son representantes de organizaciones que la de quienes no lo son? ¿Pesan más las opiniones de quienes van dos veces por semana o la de quienes van una vez al año? ¿Pesan más las opiniones de quienes viven en Puerto Varas que las de quienes no viven en Puerto Varas? ¿La propuesta definitiva, considerando los resultados, también será sujeta a consulta o votación? ¿Cómo se garantiza que la participación sea efectivamente representativa?

La consulta que ofrece la municipalidad es un desafío convocante, necesario, pero no está libre de dificultades. La buena voluntad hacia el proceso de diagnóstico conjunto no tiene para qué omitir sus complejidades. La metodología es fundamental en cuanto busca evitar la discrecionalidad vertical, pero aún no hay precisa claridad sobre el mecanismo que ejercerá de fundamento en la propuesta final. Además, hay que considerar una verdad incómoda: La representación del proceso de participación probablemente estará sombreada por quienes no participan. Algunos porque no pueden, otros no quieren, otros no sabían, otros porque no tienen internet, otros, tal vez, no les interesa participar, pero sí les interesa lo que pase con el cerro Philippi. Entre ellos algunos probablemente no participarán de esta consulta, pero sí votaron en la última elección municipal.

El 10 de diciembre se deberían conocer los resultados de la consulta ciudadana sobre el cerro Philippi. La conducción del proceso deberá equilibrar con mesura lo que diga esta consulta y lo que no diga esta consulta. Valorar a quienes participaron y a quienes no participaron en la consideración de la propuesta.  

Incentivar la participación, escuchar la voz y el silencio, la expresión y la omisión, es un esfuerzo que merece reconocimiento, tanto en sus oportunidades como en sus dificultades. Lo esperable es pronto conocer un plan concreto, con montos y plazos claros. Esa definición probablemente dejará a algunos más contentos que otros. La necesidad de acción con sentido de urgencia también pide ser considerada. Ni una palabra puede detener el paso del tiempo.

Por: Pablo Hübner