• 19 de Marzo

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A finales de marzo del 2020 decidí entregar la oficina que estábamos arrendando en Providencia producto de la pandemia, pues tuvimos la lucidez para entender que el tema era serio y se venía para largo. Lo primero fue llamar a la empresa de telecomunicaciones para cortar internet, pero inexplicablemente exigían hacer un trámite presencial, a pesar de estar en cuarentena y muy asustados por el riesgo de contagio: a todas luces un total descriterio. A pesar de los múltiples intentos de comunicación, no se logró atender el reclamo.

Fue entonces que se decide enviar un correo electrónico informando el término del contrato y corté el pago automático. Como resultado, llevamos 1 año recibiendo en promedio 3 llamados diarios de cobranza y últimamente hasta los sábados por la tarde, vulnerando toda norma de forma alevosa.

Casos como el vivido con la compañía telefónica se repiten a diario, y no es de extrañar el rechazo que la cobranza extrajudicial genera en las personas. La aprobación de la nueva ley que limita los llamados de cobranza pone, al fin, un límite a los excesos cercanos al acoso y hostigamiento en los que incurren las empresas de cobranza extrajudicial, una gran noticia especialmente dada la situación de pandemia que ha afectado las finanzas de muchas familias.

Aunque cueste creerlo, existen empresas de cobranza extrajudicial con propósito, que aplauden la nueva ley y reivindican su valor en este difícil momento. En lugar de estigmatizar u hostigar, a través de la tecnología se busca generar espacios de encuentro entre las partes. En cobranzas extrajudiciales siempre hubo otras formas de actuar, tan empáticas como efectivas, y es hora de que se vuelvan la nueva norma.

Alejandro Pérez

CEO de CobranzaOnline.com