• 19 de Abril

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La comuna se encuentra en un proceso de abrupto cambio. La necesidad de mejorar los marcos regulatorios es constante: Nueva ordenanza para el comercio ambulante, nuevo marco regulatorio para las subvenciones municipales, nueva licitación de estacionamientos en el centro de la comuna, nuevo equipo directivo de la asociación de municipalidades de la cuenca del lago Llanquihue, nuevo equipo directivo para relleno sanitario La Laja. Junto con actualizar las regulaciones y crear equipos de trabajo, asumir la necesidad de mejorar la fiscalización, para lograr que el cometido tenga sentido. Así no pasarían esas cosas como que hay más bolsas de basura que tachos en las calles o que los camiones entran al centro cuando quieren.

El plano regulador comunal es un instrumento esencial para ordenar la comuna. Clave. Cuando se inicia la tramitación, año 2014, una de las cosas que se escucha en el registro de prensa de aquel entonces es precisamente la necesidad de un plano regulador integral, que los represente a todos. Los años han pasado, el proceso tiene avances y todo indica que falta poco para al fin tener una regulación adecuada a la realidad. Pero, todavía falta. Hace poco más de un mes la Contraloría emite un informe sobre el proyecto de plano regulador de Puerto Varas con más de 20 observaciones. El municipio debe intentar sanar estos problemas de la mejor manera posible y volver a presentar el proyecto a Contraloría, para así, idealmente, lograr la aprobación. Este proceso podría tardar un año, tal vez un poco menos, tal vez un poco más. Mientras, sigue mandando el obsoleto plano regulador vigente de 1990.

El plano regulador que se está discutiendo no es de todo Puerto Varas. Es de una parte de Puerto Varas, la parte central. No se incluye Ensenada. No se incluye Nueva Braunau. El plano regulador comunal en su tramitación está fragmentado. Seguramente esta fue una decisión cargada de motivos convenientes, pero, ni uno de ellos cambia la realidad de que la comuna es una sola y que toda la comuna merece tener lo antes posible un nuevo plano regulador aprobado.

El centralismo que tanto se menciona en el debate público no es sólo la relación entre las regiones y la capital del país. Tampoco es sólo la relación entre las comunas de una región y su respectiva capital regional. Es también el centralismo comunal, acentuado en comunas territorialmente extensas y que por lo general tienen una relación no resuelta entre el campo y la ciudad.

Ensenada es la puerta de entrada al Parque Nacional Vicente Pérez Rosales, el más antiguo de Chile y uno de los más visitados. El turismo que convoca implica desafíos que necesitan ser abordados con una regulación adecuada, basada en la participación de las comunidades aledañas. En esta zona existe además una responsabilidad regulatoria con la seguridad para enfrentar la cercanía al volcán Calbuco y volcán Osorno, considerando no sólo un mapa de riesgo en la habitabilidad, sino también en el desarrollo de vías de evacuación y plan de emergencia estructural en caso de erupción.

En Nueva Braunau la proliferación de las parcelas ha significado un cambio abrupto en el sector, a lo que se suma la tensa relación entre nuevas residencias y el acceso público al río Maullín, junto a los recurrentes casos de contaminación de diverso origen al río y su entorno natural. La fiscalización parece reducida a la reacción. Tener que decir algo porque alguien dijo algo de lo que alguien hizo. Ni el anuncio de una investigación, ni una multa como gran cosa, compensa el impacto.

La crisis ecológica declarada por el municipio convive con la palabra colapso. Lo que busca el plano regulador es precisamente regular para evitar el tan alertado colapso, prevenir más que reaccionar. No es el único instrumento regulatorio, cierto, pero es determinante. La presión a la que está sometida la comuna y la necesidad estratégica de planes intercomunales se encuentra con el tope de aún no tener un plano regulador para todos los residentes de la comuna.

La definición para Ensenada y Nueva Braunau está pendiente, esperando el avance del proceso central. No hay mucha información sobre la participación específica para cada sector. Tampoco hay claridad en los plazos. Tal vez dos años, tal vez tres, tal vez más. Así, puede pasar, otra vez, que Puerto Varas no tenga plano regulador comunal completo al término de esta administración municipal.

Por: Pablo Hübner