El ejercicio del liderazgo hoy en día requiere necesariamente reconocer que la salud mental de sus equipos es un activo invaluable. Según un estudio de la Universidad de Harvard, publicado en 2018, los equipos que perciben un ambiente laboral positivos y saludables se sienten más seguros para expresar sus ideas, incluso si éstas son arriesgadas o poco convencionales, de modo que son más propensos a generar soluciones innovadoras y disruptivas. La creatividad florece en un entorno donde la diversidad de pensamiento es valorada y donde los individuos se sienten libres de explorar nuevas ideas sin temor al juicio o la crítica. Es decir, que un enfoque centrado en el bienestar mental puede ser un catalizador para la innovación.
Cuando quienes lideran las organizaciones adoptan un enfoque proactivo para promover la salud mental en el lugar de trabajo, están sentando las bases para un entorno laboral más positivo y productivo. Esto implica ofrecer recursos y apoyo adecuados, como acceso a servicios de salud mental, instancias de comunicación efectiva, entrega de herramientas de autocuidado y programas de bienestar. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), por cada dólar invertido en el tratamiento de los trastornos mentales comunes, se obtiene un retorno de 4 dólares en mejora de la salud y la productividad.
La conexión entre salud mental, innovación y emprendimiento es innegable. La capacidad de pensar de manera creativa, resolver problemas de manera efectiva y tomar riesgos calculados son pilares fundamentales del éxito empresarial. Sin embargo, estos atributos pueden verse seriamente comprometidos cuando la salud mental de los individuos está en riesgo.
Además, cuidar la salud mental de los equipos puede tener un impacto positivo en la retención de talento. Ya que el apoyo y la valoración para colaborador(a), favorece su motivación y permanencia en una organización a largo plazo, lo que a su vez contribuye a la estabilidad y el crecimiento sostenido del negocio.