De acuerdo al Grupo de Investigación Antártica de la Universidad de Santiago de Chile, el agujero alcanzó los 17 millones de kilómetros cuadrados, lo que vendría a confirmar que se encuentra estable y listo para recuperarse. “Creemos que el agujero dejó de crecer y está, a lo menos, estable. Estamos observando las primeras señales de la recuperación”, asegura el Dr. Raúl Cordero, académico del plantel estatal. Sin embargo, los investigadores advierten que el cierre total de este agujero, que se produciría en la segunda mitad de siglo, podría acelerar el calentamiento de la Antártica al tratarse de un gas de efecto invernadero.