El 18-0 un grupo de ciudadanos de Puerto Varas que no creíamos en la violencia y defendíamos la democracia a ultranza, salimos a una tarea difícil: proteger y tratar de dialogar con la horda destructora. Ubicados en nuestra plaza y en la calle techada y alrededores un grupo transversal de ciudadanos que en estas líneas quiero homenajear, entre ellos: Pablo Ortúzar, Mónica Carrasco, Susan Weisser, Patricia Macías, Marcelo Salazar, Renato Aichele y tres gringos avecindados chilenos de corazón Vicki Jonhson, Gustavo Oyarze y quien suscribe.
Entre medio de cascotazos y fuego de neumáticos, agresiones e insultos, tratábamos de que las hordas enceguecidas, no quemaran nuestra ciudad que tanto queremos. Llamábamos al diálogo, a la mesura y a la prudencia. Fue muy difícil. Fueron días muy aciagos. Mientras tanto un grupo de puertovarinos de bien del comercio, salvaba nuestra Iglesia del Sagrado Corazón de las manos de otro anarco pirómano. Y los incansables bomberos multiplicándose para que no ardiera la ciudad, mi más alto homenaje para ellos también.
Se que hoy muchos de los que en aquel momento pensaron que “el que baila pasa” era el camino, han reflexionado y tienen presente el valor del respeto, de la convivencia y de especialmente de la democracia que supimos defender y conseguir.
Espero que la próxima plaza de octubre sea el ágora del entendimiento y del consenso. Que sea la plaza de la democracia que tanto necesitamos.
Mi sincero homenaje a todos los que cuidaron a nuestra ciudad.