El autismo o trastorno del espectro autista (TEA) es un conjunto de alteraciones neurobiológicas que se manifiestan durante el desarrollo de la persona y afectan principalmente su capacidad de interacción social, comunicación, razonamiento y comportamiento. Se estima que la prevalencia en Chile es de 1 cada 51 menores, con una distribución por sexo de cuatro niños por una niña. Es decir, este trastorno es más frecuente en infantes hombres que en mujeres.
El TEA se manifiesta de manera diferente de acuerdo al género. La evidencia científica sugiere que es más difícil diagnosticar a las mujeres, pues suelen poseer mejores habilidades comunicativas y relacionales que los hombres con esta condición. Y en muchas ocasiones, su diagnóstico es tardío y erróneo.
Las niñas y mujeres con esta condición tienden a mostrar habilidades mejoradas para sociabilizar en comparación con los varones. Además, es menos frecuente que presenten intereses restringidos y conductas repetitivas
Durante la infancia las niñas con TEA pueden ser empáticas, participar en juegos y realizar interacciones sociales con sus pares, incluso tener amigas, aunque en un número reducido. Sin embargo, a medida que se acerca la adolescencia, es posible que sean progresivamente ignoradas y muchas veces excluidas de los grupos sociales, lo cual puede ser interpretado como consecuencia de una simple timidez y pasar desapercibido.
Otro rasgo importante son las alteraciones emocionales y los trastornos alimentarios que presentan frecuentemente las mujeres con TEA. Es más, estas alteraciones a menudo se confunden con trastornos de salud mental, lo que dificulta en mayor medida su diagnóstico.
Considerando estos antecedentes resulta relevante entonces consultar con profesionales expertos en el área que sean capaces de formular un diagnóstico adecuado, entre ellos psiquiatras o neurólogos, quienes podrán derivar a los especialistas adecuados para un óptimo tratamiento.
