• 04 de Mayo

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El grave impacto de la falta el agua en las escuelas rurales

Por Antonia Rivera

Directora Ejecutiva Fundación Amulén


Las escuelas rurales de la zona sur de Chile están entre las más afectadas en términos de acceso a agua potable. Qué tremenda paradoja. De hecho, según un reciente estudio que realizamos en Fundación Amulén, en el sur del país se concentra el 62,3% de las escuelas chilenas cuyas fuentes son pozos, norias, camión aljibe, ríos, vertientes, entre otras. Independientemente del tipo de abastecimiento, formal o informal, el 31,6% de las escuelas rurales además encuentra particularidades negativas en el agua consumida, ya sea olor, color o sabor, mientras que el 53,6% presenta interrupciones en el suministro. ¿Cómo impartir clases de calidad en este contexto?

Este panorama desalentador no hace otra cosa que profundizar las brechas ya existentes entre el mundo urbano y rural. Y entonces, ¿qué hacemos? Atrevernos a implementar tecnologías, a innovar, a articular distintos actores para hacer que las cosas pasen, a reunir recursos y voluntades para mejorar la realidad de más de 27.100 alumnos que se educan cada día en estas precarias condiciones.

Un ejemplo reciente sobre la importancia de atreverse es el recién inaugurado sistema de captación de agua lluvia en la Escuela Rural Hardy Minte Bartsh, a 29 kilómetros de Puerto Varas, cuya instalación permitirá disponer de un suministro complementario a la fuente principal del establecimiento, evitando la suspensión de clases por cortes o mala calidad del agua. Proyectos como estos permiten demostrar que es posible aportar soluciones reales a problemas graves e invisibles, cambiando radicalmente la calidad de vida de las personas. Ahora, los niños y niñas de esta escuela podrán concentrarse en aprender y jugar con sus compañeros, sin verse afectados por los frecuentes cortes de agua.

Querer es poder y aún hay más de 1 millón de chilenos que viven en estas condiciones. No podemos seguir haciendo más de lo mismo.