• 20 de Enero

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[OPINIÓN] El hábito de la lectura: un factor clave en el desarrollo de la inteligencia

Dr. Franco Lotito Catino

Conferencista, escritor e investigador (PUC)


La lectura expone a nuestro cerebro a nuevas ideas, perspectivas y conocimientos, lo que la convierte en una poderosa herramienta para el desarrollo cognitivo de una persona.

Por lo tanto, si hay algún papá o mamá que piense que entregándole a sus hijos una Tablet, un teléfono inteligente o Smartphone, un iPad, etc., estará formando personas que se convertirán en jóvenes geniales y brillantes, quienes, posteriormente serán adultos creativos y autorrealizados, deberá tener muy presente que existen altas probabilidades de que ese “efecto  mágico” jamás se produzca.

Por el contrario, investigadores de la Universidad de Harvard pusieron en evidencia que un menor interesado en la lectura y que haya desarrollado una buena capacidad lectora, estará: (a) menos expuesto a repetir curso y a desertar de la escuela, (b) será capaz de acumular más años de estudio, lo que le permitirá (c) tener mejores trabajos y empleos, lo que a su vez, (d) disminuirá el riesgo de que caiga en la pobreza.

Pero esto no todo. Otro estudio de tipo longitudinal realizado por los investigadores Stuart Ritchie, Timothy Bates y Robert Plomin con 1.890 parejas de gemelos idénticos que fueron evaluados regularmente a los 7, 9, 10, 12 y 16 años, demostró “la importante influencia de la habilidad lectora en el desarrollo intelectual”. Y un efecto adicional entregado por un tercer estudio: las personas que desarrollan el hábito de la lectura, tienden a tener “una mejor salud emocional”.

En este sentido, las ayudas tecnológicas son vistas sólo como un complemento a la formación de un ser humano, en tanto que un libro en manos de un niño representa un eslabón esencial en el crecimiento, desarrollo y madurez del menor.

Al analizar los numerosos beneficios que ofrece el hábito de la lectura, cae por el peso de la propia lógica que este efecto no sólo se destaca como un “círculo virtuoso”, sino que podemos ir más allá y hablar, con propiedad, de una “espiral virtuosa”, en que cada una de las premisas –o argumentos– eleva a la persona que la practica a un nivel de desarrollo y competencia superior. Todas las investigaciones que se han realizado con miles de niños de distintos países en relación con el proceso de aprendizaje coinciden en que “el mejor estímulo intelectual que puede tener un menor proviene de la lectura de libros y, especialmente, de la comprensión de aquello que lee”.

Y otro poderoso dato: el mejor ejemplo que se puede dar, es aquel que entregan los propios padres, es decir, si el menor ve regularmente a su papá o a su mamá leyendo un libro, una revista o un diario, el “mecanismo psicológico de identificación –que es inconsciente– sumado al proceso de socialización, conducirá de una manera natural a los niños a convertirlos, asimismo en hábiles y ávidos lectores”.

Los expertos en el tema del hábito de la lectura señalan que muchos materiales y elementos cotidianos –revistas, libros de cuentos, álbumes de fotos, etc.– pueden ser usados para que los niños se interesen por la lectura. Lo importante en este proceso, es la actividad práctica de interactuar de manera activa con los niños, contar historias diversas y divertidas con un único y gran objetivo de fondo: desarrollar el interés y el amor de los menores por la lectura, con la finalidad de que ésta sea una experiencia placentera y que la disfrute plenamente.