Fueron barricadas, muchedumbres vociferantes y desbocadas de frustración y violencia que destruyeron y violaron nuestros derechos básicos, fueron en Chile y fueron en Puerto Varas.
Fue una Comisión Constitucional frenética de hubris y borracha de ideologismos odiosos que engendró un Proyecto Constitucional muerto. Fue en Chile y fue en Puerto Varas.
Fue un gobierno de estudiantes subido desde la calle, con idearios añejos enmascarados de ecología y feminismo, tras la destrucción institucional y el gigantismo fiscal clientelista e irresponsable de la tiranía, escondida bajo un drama comunicacional falso de democracia disfrazada de independencia, inexperiencia y buenismo el que arruinó aún más la educación de los niños, impulsó la corruptela y el clientelismo y empobreció al país. Pasó en Chile y pasó en Puerto Varas
La mitad de la población mundial votará este año 2024, sin embargo, no sabemos si este evento histórico fortalecerá o debilitará las democracias del mundo, porque el empobrecimiento del paisaje político y de sus protagonistas es tal que - en la mayoría de los casos - los ciudadanos han perdido interés en lo común y votan desinformados. Pasa en el mundo, pasa en Chile y pasa en Puerto Varas.
Enfrentamos así elecciones en tiempos difíciles, en los que el paisaje global carente de orientación aparece desbordado y hostil. Un paisaje perdido de sentido, en el que la guerra, el desarraigo, la delincuencia, el abuso, la mentira y la miseria nuevamente se presentan cotidianos aturdiendo nuestras sensibilidades e impulsándonos a refugiarnos en la falsa seguridad de nosotros mismos.
En este contexto - como el gato cayendo del precipicio - podemos tentarnos con la desesperanza y colgarnos de lo que aparece como menos malo, esa narrativa pequeña y morbosa del conventillo, o del imbunchismo de lo ordinario, lo degradante y lo feo, o de las sonrisas falsas y forzadas como las fotos para las redes sociales de una “juventud” de cartón. De dejarnos aturdir por las promesas de inagotables proyectos idílicos e inéditos confirmados por el BID, la ONU o por una secuela de inauguraciones de primeras piedras, no obstante las evidencias de cuatro años de paralización, de engaño sistemático y de irresponsabilidad.
Podemos acusar a los Concejales que cumpliendo su deber de fiscalización intentaron denunciar el show de cámaras de las compras de tierras municipales para la vivienda social en Nueva Braunau (sin factibilidad sanitaria ni intervención del MINVU), de la estatización sumergida del Vertedero La Laja (no obstante la brutal incapacidad de fiscalizarlo), de la puesta en marcha por tercera vez del Estadio Ewaldo Klain (no obstante la asignación irregular de su construcción a una empresa virtualmente quebrada) y así en fin, de la ilusión de resucitar un Plan Regulador Comunal enterrado por la Contraloría debido a vicios irremediables o la de un ”Parque Costanera” cuya construcción se haría sin contar con un Par Vial estructurante y que no es Parque sino Autopista.
Pero también podemos optar por demostrar - como lo hizo Puerto Varas en tiempos de las barricadas y como lo hizo Chile con el Proyecto de Constitución Identitario y destructivo - que no obstante los tiempos difíciles, contamos con una reserva ética sólida y una mirada abierta que nos devuelve la fe en nuestra comunidad y su vocación creativa. Ellas nos permiten perseverar en la verdad, la conciliación, la acción comunitaria genuina, la denuncia honesta y la verdadera democracia. Porque los más viejos sabemos que el camino a la felicidad no es privado, que la verdad no se consigue con engaños, la dignidad con abusos, la paz con violencia ni lo duradero con humo.