• 04 de Mayo

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Estamos próximos a finalizar el año 2019, y me parece un buen momento para que como padres realicemos una breve evaluación sobre nuestro desempeño anual. Es importante revisar lo que hemos hecho bien y lo que no nos ha resultado. Así, podemos corregir nuestro proceder y aprender de las equivocaciones. Es imposible mejorar nuestras habilidades parentales, si no revisamos y evaluamos lo que estamos haciendo. Recordemos que a ninguno se nos enseñó a ser padres. Aprendemos a través de la práctica diaria del relacionamiento y vinculación con nuestros hijos(as). Con la finalidad de apoyarlos, les presento algunas reglas contra las cuales podrán evaluar su gestión como padres:

Regla 1: Los 3 pilares de un buen relacionamiento con nuestros hijos, son: CONOCER, PROTEGER Y DIALOGAR. Conocer como sienten y piensan nuestros hijos(as) de acuerdo a sus etapas y cambios en el desarrollo es lo más importante. Protegerlos, guiarlos y hacer que se sientan confiados en nosotros y construir un hogar que les brinde estas condiciones. Dialogar siempre con nuestros hijos(as), para que aprendan un método efectivo y positivo para resolver los conflictos en su vida. Erradicar los malos tratos, los castigos físicos, los insultos y cualquier mecanismo que los amenace y les infunda miedo o inseguridad.

Regla 2: Como padres, debemos desarrollar un vínculo afectivo desde el mismo momento en que nacen. Nuestros hijos(as) para desarrollar una autoestima potente y una autoconfianza que los ayude a enfrentar cualquier situación, deben sentirse queridos y amados por sus padres.

Regla 3: Como padres, debemos demostrar en todo momento a nuestros hijos(as), el afecto que sentimos por ellos(as). Las palabras son importantes, pero más potentes son los abrazos, los besos, las caricias, los halagos, las sonrisas y todas las muestras físicas de cariño. Invierta parte de su tiempo en realizar estos gestos y acciones; aunque sus hijos(as) digan que ellos(as) son muy “grandes para estas cosas”.

Regla 4: No deje de colocar límites y normas a sus hijos(as). Recuerde que estas acciones les dan seguridad y en el largo plazo, fortalecen su autoestima. Cuando fije normas, cuide de que estas sean claras, sencillas y estables en el tiempo (que no cambien a cada rato o con cualquier evento). Recuerde que una buena norma, es aquella que facilita la convivencia familiar.

Regla 5: Cuando nuestros hijos(as) se portan mal, deben ser sancionados. Pero, debe cuidar la forma de aplicar la sanción. La sanción debe ser justa, proporcional a la falta y aplicarse de forma inmediata de ocurridos los hechos negativos. Recuerde que el objetivo de la sanción es el APRENDIZAJE del niño(a). Que ellos(as) entiendan que existen ciertos comportamientos que no son aceptables y que APRENDAN a asumir la responsabilidad de sus actos.

Regla 6: No puede aplicar el castigo físico, porque no cambia ninguna conducta y provoca daños a largo plazo en la vinculación con sus hijos(as). Además, la aplicación de la fuerza se opone a la opción de dialogar. Esto último, no es lo que queremos que aprenda.

Regla 7: Para que los hijos(as) estén bien, sus padres también lo deben estar. Por lo tanto, es necesario que tengamos prácticas de autocuidado como padres, para que podamos afrontar con todas nuestras fuerzas, el desafío de criar bien a nuestros niños(as). Debemos cuidarnos y querernos a nosotros mismos. Revisen estas reglas y saquen conclusiones de la efectividad de sus propias acciones con sus hijos(as).

Gonzalo De los Reyes Serrano

Magister en Educación; Coach en Parentalidad Positiva;

Director de la división Patagonia en la Fundación Innovación Educativa Chile