El mes de marzo coincide con el reintegro de los niños y universitarios a las clases, lo que sugiere adoptar una serie de medidas para manipular y cocinar los alimentos que consumirán durante sus recreos u horas de almuerzo.

Por eso, María Sylvia Campos, académica de Vinculación con el Medio de la Escuela de Enfermería de la Universidad San Sebastián e integrante del equipo del Programa Territorial Hito Más Niñez y Adolescencia Saludable, entrega algunos consejos para el consumo saludable de alimentos durante la jornada de estudios.

En primer lugar, plantea que “para la manipulación de las colaciones se deben lavar cuidadosamente las manos antes de consumir cualquier alimento, pues así se evita traspasar microrganismos tales como bacterias, virus u hongos. Además, al transportar las colaciones desde la casa hasta el establecimiento educacional, es necesario que sea a través de bolsas o envases herméticos, separando los alimentos que puedan generar líquidos –como las frutas– de aquellos que deben estar secos. Los productos que serán consumidos crudos deben lavarse muy bien”.

Por otra parte, puntualiza que es muy importante fijarse en la expiración de los alimentos envasados, ya que algunos se compran en ofertas y, a veces, la fecha de vencimiento está muy cercana.

Cocinar adecuadamente

María Sylvia Campos detalla que a la hora de preparar carne o pescado “no se debe colocar el producto en el mismo recipiente en donde estaban estos alimentos crudos sin antes haberlo lavado muy bien”.

Otro consejo es refrigerar cualquier alimento perecedero o sobras dentro de un periodo de dos horas. Se sugiere que el refrigerador esté graduado en un rango de temperatura de alrededor de 4°C y el congelador por debajo de los -18°C. “En estos días, en que aún hay altas temperaturas, las carnes de vacuno, ave o pescado se deben cocinar dentro de las primeras 24 horas, y en caso contrario, guardarlas lo más pronto posible en el congelador. En ese sentido, se deben cocinar los alimentos congelados por el tiempo completo recomendado por el productor, lo que está señalado en el paquete. Además, se sugiere no comprar alimentos empaquetados con el sello roto, ni latas que tengan protuberancias, muescas o hundimiento”, advierte la académica.

La especialista USS, además, enfatiza la importancia de estar alerta al olor, color y aspecto visual de los alimentos, ya que constituyen un buen elemento para identificar si está descompuesto o no. Por último, recomienda “no beber agua de arroyos o pozos que no estén tratadas, ya que esto puede provocar infecciones estomacales severas”.