• 19 de Abril

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En la prensa la palabra confianza se repite mucho durante estos días. La falta de confianza es la reacción natural a la crisis de credibilidad generalizada que padecen las autoridades y las instituciones en Chile desde hace años.

La situación del covid-19 ha acentuado esta realidad. Cuesta confiar en quien duda, como cuesta confiar en quien no duda, porque toda la información que tenemos es parcial. En base a esa parcialidad se toman las decisiones, muchas veces sin mucha coordinación.

Hace poco menos de dos semanas a nivel central se hablaba de retorno seguro, de nueva normalidad, del regreso de los trabajadores del servicio público, de la apertura paulatina del comercio y del pronto retorno de los alumnos a los colegios. Hoy, pocos días después, vemos que la región metropolitana está en cuarentena y los hospitales al borde del colapso. Al cierre de esta columna hay más de 450 muertos y más de 45 mil contagiados. El pronóstico, lo peor está por venir.

Desde Puerto Varas miramos a lo lejos como si mil kilómetros fueran una vida paralela. Tanto es así que la misma semana que en Santiago se toma una medida crítica, como la cuarentena total, en Puerto Varas se anuncia la apertura del mall. Con restricciones, limitaciones y controles, pero abierto. Esa misma semana, el senador Rabindranath Quinteros llega a la región de Los Lagos enfermo por Covid-19. Un viaje evitable, irresponsable y con consecuencias insospechadas. ¿Quién más está viajando enfermo a la región? ¿Será el único? ¿Cómo saberlo? La información disponible es parcial y los testeos no son para todos. Los resultados tampoco son inmediatos. Muchos enfermos puede que ni sepan que están enfermos, o bien, que no lo sepan a tiempo.

Mientras, se cuestionan las medidas que se toman y las que no se toman. La semana pasada la OMS advirtió que desinfectar las calles no sirve. Lo mismo pasa con los túneles sanitarios, de hecho, son peligrosos para la salud. Lo que sí se sabe con certeza es que la manera más efectiva de prevenir el contagio es evitando el contacto entre personas. Los cordones sanitarios ayudan a ese propósito, inhiben el movimiento y fiscalizan a los irresponsables que nunca faltan. Algunas comunas de la región los implementaron hace semanas, pero el alcalde de Puerto Varas se ha negado a los cordones sanitarios porque le parecen caros y populistas. Como los cordones sanitarios no son una política central o regional, la decisión de su implementación queda circunscrita a la voluntad comunal. Al menos hasta nuevo aviso.

Miremos a España, país que tiene más experiencia enfrentando la pandemia. Todo quien llegue a ese país, sea residente o no, entra de inmediato en cuarentena obligatoria. En Puerto Varas, ¿será mucho pedir que fiscalicen a quienes llegan al aeropuerto y a los terminales de buses, junto con establecer distintos cordones sanitarios para proteger zonas como Ensenada, Ralún o Nueva Braunau?

Esta semana viene un fin de semana largo, jueves 21 de mayo, para el que hasta ahora no está dispuesto ni un tipo de plan especial, como no hubo plan especial para el feriado del 1 de mayo. Se insiste en que se está haciendo todo lo que se debe hacer y que el autocuidado es la clave. En querer ayudar, todos pueden cometer errores, pero es momento de enmendar el rumbo y con más determinación que nunca. La credibilidad se puede recuperar, pero sin las medidas correctas y sin coordinación, imposible.

Por: Pablo Hübner