• 24 de Abril

Sugeridos:


Miztli, Chihisaba, Pangui o Cougar, son algunos ejemplos de la decena de nombres con los que se ha conocido al emblemático Puma. Esta variabilidad, se debe a que es uno de los mamíferos con mayor distribución geográfica, desde Canadá hasta nuestra Patagonia, lo que se ha traducido en que es uno de los animales con mayor presencia en una importante diversidad de pueblos, mitología y tradiciones.

Su participación como predador se traduce en multiplicidad de beneficios, favoreciendo el desarrollo de la vegetación al predar grandes herbívoros, manteniendo poblaciones de animales sanos por sobre los enfermos, además de contribuir al desarrollo y alimentación de otras especies carroñeras que se alimentan de los restos de sus actividades de caza.

La naturaleza de este carnívoro de establecer territorios para su alimentación y reproducción, lo llevó a ubicarse en nuestro país en terrenos montañosos como cordillera de Los Andes o de La Costa.

Luego de momentos de dificultad en cuanto a su conservación, hoy en día las condiciones de su población mantienen una categoría de especie Casi Amenazada (Criterio UICN), lo que muestra una mejoría de las condiciones para su conservación. Quizás, en tiempos de tanto desafío medioambiental, debiéramos considerar esta mejoría como un regalo, se parte de quien revistiendo un supuesto peligro letal, ha sabido mostrar durante siglos su capacidad de convivir con el ser humano, coexistiendo desde su furtividad, enriqueciendo nuestro patrimonio, confiando y esperando nuestra empatía.

Rene Oliva Director Carrera de Medicina Veterinaria Universidad de Las Américas