• 29 de Marzo

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Enero 2023 marca el inicio de un nuevo capítulo en la historia de los más de 400 estacionamientos del centro de la comuna. Cada uno de estos espacios disponibles es patrimonio de todos los vecinos. La búsqueda de rentabilizar los estacionamientos tiene muchos beneficios, entre ellos, financiar, en parte, la operación de bomberos, aporte a la seguridad de todos.

El municipio anuncia la interrupción del servicio de estacionamientos. La empresa no estaba cumpliendo con lo pactado. El municipio se ve en la obligación de terminar la relación contractual y busca retener la boleta de garantía. El sistema tenía diversos problemas, eso no es un misterio. Los cobradores pedían propinas, supuestos pagos atrasados, cobros sin tener el papel de registro, entre otras conductas. Los reclamos permanentes delataban. La implementación de tecnología prometida, como para poder ver qué espacios estaban disponibles, sin tener que dar vueltas buscando, nunca llegó.

Este municipio realizó la licitación, promovió la asignación y fue contraparte durante todos los meses que el sistema funcionó de manera deficiente. Era obvio que esto no era lo prometido. Era obvio que la relación contractual iba muy probablemente a terminar antes. Buscar alternativas parecía evidente, más considerando que la comunidad ya había vivido problemas, luego de la licitación anterior de estacionamientos del centro.

Hasta ahora, la presentación de un plan de mitigación para contener los problemas de esta nueva interrupción es algo desconocido. Por lo pronto, sólo hay un anuncio de escaso personal municipal vigilante. No hay nada en relación a buscar percibir los millones de pesos que se van a perder por la recaudación que no se realizará. La evaluación del caso, que se anunció en el último concejo municipal, sin poder ofrecer un mecanismo de transición, es un misterio.

Los estacionamientos, además de contribuir al patrimonio económico local, sirven al propósito de la seguridad y la imagen ordenada de la comuna. Cierto es que el sistema no estaba funcionando bien, tal vez no quedaba otra más que interrumpir, pero tener que empujar a la comunidad a decidir entre lo malo y lo peor, no puede ser bueno. Esa posición es una renuncia a la responsabilidad, tanto de la administración como de la fiscalización, quienes permiten que este tema nuevamente sea tema, quienes permiten que los vecinos pierdan millones de pesos, considerando todas las necesidades que hay. Probablemente, si los sueldos de los funcionarios y representantes se pagaran directamente con la recaudación de los estacionamientos del centro, el tema ya estaría resuelto.

Desde enero 2023 el nuevo encargado de los más de 400 estacionamientos será la informalidad, que se sumará al comercio ambulante, aún no contenido, más allá de los anuncios de ordenanzas municipales y nuevas medidas. Lejos están los días en que el anhelo compartido de una política integral de imagen de comuna perseguía ser referente nacional. El plan visual, las fachadas de madera, la peatonalidad progresiva del centro, la amabilidad como eje de entendimiento, se ha perdido, estancado, en problemas que el municipio tarda años en solucionar, como tener una política de uso de estacionamientos con visión de futuro, que contribuya a la seguridad y al financiamiento de obras necesarias para la comunidad.

Puerto Varas está llamada a ser una ciudad líder, un ejemplo. Tiene todo lo necesario para poder lograrlo. Pero, no lo consigue. Por lo general, se acusa al pasado, problemas heredados, la lentitud de los procesos de planificación, pero, en este caso, no es así. Este problema, de principio a fin, reside en el actual concejo municipal. La comunidad, propietaria de los estacionamientos que se están derrochando, entregados burdamente a la informalidad, obliga una explicación y un plan mucho más claro, no sólo para contener la emergencia de enero, pleno verano 2023, sino para tener una política de estacionamientos coherente con una visión de futuro, que realmente funcione y sirva de la mejor manera a los intereses y la seguridad de la comuna.

El actual gobierno municipal, alcalde y concejales, tienen responsabilidad sobre el patrimonio local y su justa administración. La explicación subordinada a lo que la empresa hizo o dejó de hacer olvida su capacidad de acción y de anticipación. Estos errores son caros.

Por: Pablo Hübner