• 29 de Marzo

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Hay una relación inevitable entre los reguladores y los regulados. Los fiscalizadores y los fiscalizados. Las necesidades y las oportunidades. Las obras de beneficio público y los proyectos realizados. Decisiones para el presente, que se explican en relación al pasado reciente, en cuanto a la necesidad de futuro.  

El territorio está cambiando. El proceso es evidente en hechos cotidianos que delatan. La presentación de soluciones, tanto de manera conjunta como de manera individual, marcan la agenda.

El siglo recorre su segunda década. Internet, teletrabajo, descentralización, pandemia, estallido social, cambio climático. Proceso migratorio inédito en la historia regional y nacional. Otra forma de vivir que obliga pensar en otra manera de organizarse. Otra forma de moverse, que muchas veces más se resuelve en la acentuación de la misma manera. La vida privada capitalizada por el auto privado, la extensión de la casa. Escuchar en el tráfico las palabras crisis y colapso en diversos programas de radio. La carga multiplicada tiene techo y el sueño vive en el cielo. La individualización presume que los otros son los del problema. Desde las parcelas se critican las parcelas. Desde los departamentos a los edificios. Desde los autos se critica a los autos. La línea del tren en el abandono declara su suerte. Las micros siguen siendo como son.

El anuncio de una nueva versión de ruta metropolitana para conectar Puerto Montt con Puerto Varas y el aeropuerto Tepual es un ejemplo nítido de algo más profundo. La necesidad enfatizada por decisiones postergadas empuja la reacción hacia una inmediata adhesión o rechazo a la idea de la polémica ruta. Se enfatiza el momento con una perspectiva límite y aparente de que no queda otra, mientras, se retoma el tema de las opciones en condición de alternativa o de complemento. Fortalecer el transporte público, la más obvia. Hay anuncios de proyectos y de perfeccionamientos, pero la implementación no es coherente con el entusiasmo con que se realizan estos anuncios. El tren y su retorno aun es esquivo. El avance de la semaforización inteligente espera luz verde sin explicación por su demora. Los cambios del sentido de las calles ayudan a recordar que las calles son las que son.

La justicia de la determinación hace equilibrio entre la necesidad de reaccionar, la flexibilidad de la normativa en su interpretación y el cumplimiento estricto de lo establecido. El apego a un plan central muchas veces depende de otros planes. Cada capítulo tiene su propio proceso, como el caso de la relación entre los planes reguladores comunales y los planes reguladores intercomunales. La justa y necesaria demanda por soluciones se enfrenta a la obligación de dar respuesta a la propuesta de proyectos, mientras se viven los extensos procesos. Por lo general estas iniciativas no responden a un plan central estratégico. La comunicación emitida desde quien patrocina cada proyecto tiende a la caricatura de las magníficas bondades de la iniciativa propuesta, la superficialidad de sus impactos negativos y la determinación comprometida de mitigación, como altruismo identitario. Las necesidades que estos proyectos intentan resolver son reales, no por eso son inevitablemente la mejor solución. La comunidad se rivaliza entre los defectos y virtudes particulares de la puntualidad que ofrece cada proyecto. La presión de acción reclama su lugar, en un contexto en que la desidia ante la necesidad limita con la omisión prolongada. La participación de la comunidad declama presencia como parte del proceso, pero luce en su apertura las fronteras acotadas de cada proyecto específico y la fragmentación de la lógica en su conjunto. Aparentemente, por mucho que se hable, no se decide con todos los elementos arriba de la mesa.

La permanente transición ofrece cancha para que la interpretación de lo posible, lo suficiente, lo justo, aproveche las fisuras entre lo obsoleto y vigente de la legislación y los diversos procesos en curso de nuevos marcos regulatorios, para así acomodar la suerte del destino en el soporte rígido del así son las cosas y del en la marcha se arregla la carga.

Las comunas del sur con 50 mil o menos habitantes están cambiando. El diagnóstico es conocido y comentado. La fiscalización, los acuerdos de colaboración, los procesos de participación, avanzan como también lo hace la realidad y su manera de seguir construyendo realidad. ¿Quién va más rápido? ¿Perspectiva particular o visión general? ¿Estrategia o cumplimiento?

Por: Pablo Hübner