La Región de Los Lagos y el sur de Chile en general es un paraíso para la pesca recreativa. Sólo en la Provincia de Llanquihue tenemos ríos como el Maullín, Petrohué, Puelo y Manso, entre otros. El Río Pescado, en su desembocadura en el gran Lago Llanquihue hace algunas décadas fue denominado “la catedral de la pesca con mosca en Chile”.
Soy pescador deportivo y la emoción de un pique es indescriptible. Esa tensión en la línea, la captura y la sensación de devolver el pez al agua son únicas. Todo acompañado de paisajes con bosques, lagos, ríos y volcanes.
Las condiciones de la zona han permitido el desarrollo de una importante actividad de turismo de intereses especiales en torno a la pesca recreativa. Lodges, guías, excursiones, venta de equipos que apuntan a pescadores que nos visitan y también a los locales, sumado a los servicios adecuados para atender a los pescadores viajeros como alojamiento, transporte y gastronomía, son parte de una cadena económica que involucra a múltiples emprendedores. Actividad turística que forma parte importante de la oferta de un destino clave en nuestra Región de Los Lagos como lo es Puerto Varas.
Por ello resulta preocupante la incertidumbre que genera que la nueva Ley de Pesca se encuentra en trámite en la Cámara de Diputados y sus posibles restricciones a la pesca recreativa.
A nivel parlamentario, este tema ya ha sido abordado por el senador Alejandro Kusanovic, de la Región de Magallanes, otro destino de pesca recreativa con zonas con gran potencial cómo Tierra del Fuego, Isla Riesco y los ríos Penitente, Rubens o Serrano en Torres del Paine.
A juicio de Kusanovic, existen dos problemas centrales del proyecto: las zonas definidas para la pesca extractiva y los presuntos implicados en estas delimitaciones.
Si se permite la pesca extractiva en las desembocaduras y estuarios de los ríos, dejando sin posibilidad a los peces de subir a desovar, sería el fin de la pesca recreativa. Además, el proyecto busca limitar la pesca recreativa solo a áreas preferenciales previo estudio, privatizando la actividad con monopolios de quienes puedan pagar los estudios para establecer estas áreas, lo que termina siendo negociado y una injusticia para los pescadores.
Quienes han tenido una caña en la mano, conocen la sensación de tener un pez en la línea, o desarrollan actividades turísticas ligadas a la pesca recreativa, aún están a tiempo de encender las alarmas para proteger una actividad tan relevante para la Región de Los Lagos y el sur austral de Chile.
