El pasado miércoles 17 de abril, la Cámara de Diputados rechazó un proyecto de ley que declaraba a los perros asilvestrados como especie exótica invasora, así como su control por medio de autoridades sanitarias. Esta normativa se enmarca en la necesidad urgente de regular y controlar a los perros asilvestrados, sobre todo por sus graves impactos y consecuencias hacia vidas humanas, especies endémicas (mamíferos y aves) y actividades ganaderas en zonas rurales.
Como Comité Ambiental Comunal (CAC) de Puerto Varas manifestamos nuestro rechazo a la decisión tomada la semana pasada en la Cámara de Diputados, significando un dramático retroceso en la definición de políticas públicas concretas para reducir los riesgos e impactos de poblaciones ferales de perros hacia ecosistemas y nuestra sociedad. Los integrantes de este Comité conocen de primera mano el tremendo impacto que genera esta especie en los ecosistemas del sur de Chile y en las poblaciones de mamíferos y aves nativas.
Nos sorprende que muchos diputados y diputadas, que se identifican como ‘ambientalistas’, celebren una decisión que sigue anteponiendo intereses electorales o discusiones de carácter valórico donde debiesen primar fundamentos científicos y los planteamientos de expertos. Nuestra visión como CAC es velar por la protección del patrimonio natural de nuestra comuna, sin excepciones. Las justificaciones a este nuevo rechazo son buenistas y deliberadamente ingenuas planteando alternativas inviables como la esterilización masiva, la captura y adopción entre otras, soluciones que condenan a nuestras especies nativas a una larga espera que no pueden darse el lujo de tener.
Hacemos un llamado de suma urgencia a nuestras autoridades a reconsiderar este proyecto, a escuchar las voces de expertos y expertas en el tema; a recorrer los territorios donde el descontrol de poblaciones de perros asilvestrados causan estragos, así como estudiar y aprender de las medidas que en muchos países se han adaptado para el control de especies exóticas. Invitamos a nuestros parlamentarios a ver más allá de sus intereses políticos, y dirigir su mirada hacia el bienestar humano y patrimonio natural de nuestros ecosistemas.
