• 09 de Noviembre

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Esa tensión, entre lo que se espera de la autoridad municipal y lo que efectivamente puede hacer, estuvo presente en el reciente debate entre los candidatos del distrito 25 de TVN y sus respectivas reacciones. La discusión deja ver diferencias, acusando que la visión de la acción municipal en seguridad depende del alcalde de turno. Quien logra más presupuesto, quien invierte más o mejor, asalta el triunfo. Ya sea en prevención, acción o rehabilitación, la voluntad responde a una mirada personalista.

Puerto Varas enfrenta hoy el tema seguridad con inversión millonaria en arriendo de vehículos para patrullaje, personal uniformado en las calles, cámaras, portales para revisión de patentes y un corpóreo de un gato que recorre eventos entregando información preventiva. Esta presencia no sustituye la función de Carabineros: la complementa, sobre todo en lo preventivo. Es una decisión que replica lo que otros municipios del país ya han hecho, a partir de la experiencia comparada. ¿Es suficiente? ¿Debería ser menos? ¿Más?

El trabajo conjunto entre seguridad municipal, seguridad privada y Carabineros surge como una necesidad inevitable. La manera de no quedarse con los brazos cruzados ante la preocupación nacional y comunal por la delincuencia. Algo similar ocurre con las personas en sus casas, que invierten cada vez más en alarmas, portones, cámaras, candados y cadenas. Nuevas medidas ante un problema que no desaparece, ni en cantidad ni en tipo de delito.

La seguridad es el tema más importante de la vida en comunidad. Si todos son responsables, la delegación de la fuerza se confunde hasta que retorna a quienes la delegaron, como una casa de espejos. Quien manda se vuelve difuso cuando se reparte quién responde. No basta con parecer policía para ser policía. Ni siquiera basta con trabajar con la policía para ser policía. Por su parte, el autocuidado se configura como parte fundamental de la responsabilidad, lo que alimenta la indefensión y en tanto, la sensación de inseguridad. La tenencia de armas por parte de particulares vuelve así al debate, una y otra vez.

La seguridad complementaria tiene diferencias evidentes. Los guardias pueden retener, pero no detener; no pueden usar armas de fuego; no tienen la formación estratégica ni los recursos de Carabineros. La seguridad municipal es visible, costosa, circunscrita a su presupuesto. Si crecen los delitos, sería atrevido pensar que es porque no ha aumentado lo suficiente el gasto municipal, pero es inevitable cuestionar lo que se está haciendo con lo que hay disponible. Ese escenario abre preguntas: ¿Los que más pueden gastar están más seguros? ¿Mientras no se gaste lo suficiente no habrá seguridad? ¿Son suficientes las atribuciones de la seguridad municipal? ¿Deberían aumentar? ¿La estrategia muncipal de seguridad la define Carabineros, pero depende del presupuesto municipal para su ejecución? ¿No la define más que el municipio en coordinación con Carabineros?

La seguridad comunal es un entramado de fuerzas públicas y privadas que coexisten. Ese entramado, por muy inevitable que parezca, es frágil. Las atribuciones y responsabilidades se confunden en defensas particulares de gestión propia y juicio de gestión ajena. Voluntad, determinación, capacidad y atribución, aparecen como los techos y los muros que buscan proteger a la comunidad. El debate entre el ex y el actual alcalde de Puerto Varas, mantenido por cartas en este medio, no es una polémica aislada: revela un problema mayor. La política de seguridad municipal parece que depende del alcalde de turno y de su presupuesto, tanto en efectividad como en continuidad.

Enfrentar los problemas de seguridad en Puerto Varas es una necesidad prioritaria. La manera de hacerlo es un debate abierto a nivel nacional, en el que participan diversos actores. Técnica y política. Colaboración y autonomía. Institucionalidad. Uniones complementarias que se integran y se separan. La claridad se hace difusa cuando los recursos condicionan las decisiones y su sentido estratégico. ¿Hay un relato común entre los vinculados, más allá de compartir los objetivos? La seguridad en Puerto Varas es un tema clave, y también, un tema político. En un año electoral, se hace aún más evidente.