• 24 de Abril

Sugeridos:


Este fin de semana que viene deberían haber sido las elecciones municipales. El nuevo gobierno municipal habría asumido en diciembre de este año. Hoy estaríamos en la recta final. Este sería tiempo de campañas municipales y de balances. También tiempo de mirar el futuro. Como en toda elección, la lógica sería decidir entre la continuidad o el cambio, más allá de quienes representen ambas opciones.

Hace cuatro años la comunidad de Puerto Varas eligió el cambio. Se renovaron todos los concejales y fue el regreso del alcalde Ramón Bahamonde, quien había perdido la elección anterior frente a Álvaro Berger. La última elección municipal, en su relato general, básicamente se trataba de reparar los errores administrativos, junto con posicionar una mirada de futuro que logre contener los problemas de Puerto Varas, como el crecimiento caótico de la comuna, la injusticia social y la contaminación.

Pero, las campañas políticas son en verso y los gobiernos son en prosa. Cuatro años después, el concejo municipal está judicializado, tal como los principales temas de la comuna. La capacidad política de este gobierno municipal ha delegado su posibilidad de resolver situaciones al aparato judicial. Los tiempos en los temas judiciales son lentos, a veces más lentos que los tiempos políticos. Puede que no haya habido más alternativa, pero ahora, la ausencia de resultados demora otros procesos y la lentitud para avanzar se hace empalagosa. Se nota la frustración generalizada y la crispación no resuelta. Está en el aire y molesta sobre todo a los protagonistas del momento. Avanzar así no es más fácil que retroceder o que simplemente, no avanzar.

Sumidos en este contexto, coincide que la mayoría de los actuales representantes del concejo municipal serán candidatos, tanto para el cargo de concejal como de alcalde. Pero, la postergación de la elección municipal también ha postergado las campañas políticas municipales, y a su vez, ha prolongado forzadamente el ejercicio del cargo. Entonces, hay concejales que quieren ser alcalde mientras son concejales, y concejales que quieren seguir siendo concejales mientras son concejales y un alcalde que también quiere seguir siendo alcalde mientras es alcalde. La mayoría del concejo actual son entre candidatos postergados y representantes extendidos.

En el paso de estos cuatro años también cambió el momento político. Hasta ahora las campañas municipales, por lo general, tenían una asociación mucho más práctica que política. La capacidad de gestión parecía ser el diferencial y la política maqueta en base a proyectos por área, educación, salud, seguridad, medio ambiente, cultura, y así, eran el recurso permanente por excelencia. Eso, junto a las palabras de participación, sustentabilidad, accesibilidad, integración, emprendimiento y otras palabras de esas que siempre suenan bien y que nunca quieren decir lo mismo.

Hoy la realidad comunal está totalmente ligada al proceso político que vive el país. Resulta imperativo conocer las perspectivas que tienen los candidatos sobre este proceso de manera profunda, saber cuáles son sus miradas sobre el apruebo, el rechazo y el proceso constituyente. Más que criticar la violencia, ¿cómo piensan, tanto desde el cargo que tienen como desde el cargo que aspiran, favorecer un clima de paz?.

Esta elección municipal probablemente será más política que las anteriores, justo cuando la política local parece haber perdido su capacidad de influencia en el actual concejo municipal. ¿Cómo se puede recuperar la calidad de la política local antes de la próxima elección municipal? ¿Se puede? Considerando los lamentables hechos de violencia del domingo 18 de octubre en Puerto Varas, es clave al menos intentarlo.

 

Por: Pablo Hübner